“Deficiencias en replicar otros modelos”
Hace poco se conocieron los resultados del Índice Global de Innovación, un relevante estudio de impacto mundial que muestra cómo los países se miden de acuerdo con el desarrollo de innovación que alcanzan. América Latina, en su conjunto, lamentablemente presenta un retroceso respecto a otros continentes. En este contexto y tras analizar los datos duros y estudiar los objetivos que planteaba este Índice Global de Innovación, el cuestionamiento es inevitable para entender por qué se presenta esta situación. Es clave comprender qué condiciones no se dieron y no se dan en esta región para que la innovación florezca con la fuerza que se da en otras áreas del planeta. Los primeros cuestionamientos vienen desde distintas fuentes, académicas y políticas, destacando la reflexión de Andrés Oppenheimer, quien, como ya presentó en su libro Crear o morir, explica las deficiencias que Latinoamérica tiene para replicar modelos exitosos de innovación. Los factores culturales parecieran ser el punto débil que no permiten la aceleración real de la innovación y que las políticas públicas bien encaminadas no prenden en las sociedades de este lado del globo. Ello, producto del poco sentido del emprendimiento que hay en las sociedades locales. Existe una cierta comodidad para cambiar el statu quo, esperando siempre una fuerte intervención estatal para garantizar el bienestar y la garantía del trabajo. Pese a lo anterior, Chile sigue siendo líder. Se trata de un liderazgo que no es referente, puesto que la posición es lejana a las de honor.