Por un diálogo franco
Hace algunos años mencionamos en una de nuestras columnas la importancia y necesidad de un diálogo franco y sincero para la buena convivencia familiar y social, por eso a raíz de las recientes crispaciones sociales hemos tomado a bien recordar algunos de los pasajes presentados en aquel escrito, ampliando a su vez algunas de las ideas propuestas. El diálogo es uno de los recursos más maravillosos que poseemos las personas: enriquece la vida, potencia nuestras capacidades, crea comunidad y nos hace más humanos. El diálogo es el artífice de la paz, la amistad y la misma civilización. Es triste que en nuestra época el diálogo se haya desvalorizado tanto. Hoy en día sobran los líderes, jefes, políticos y actores sociales que solo tienen oídos para su propio discurso. Es paradójico que teniendo más oportunidades y recursos que en el pasado no los hayamos aprovechado adecuadamente en mejorar nuestra capacidad para dialogar y comunicarnos. Una de las complicaciones frecuentes en la interacción entre semejantes son los desacuerdos. Siguiendo a Mortimer Adler ofrecemos ciertas sugerencias para lidiar apropiadamente con ellos. 1. Antes de disentir asegúrese de que comprende cabalmente la postura de la otra persona, por ende, escuche, deje hablar a su interlocutor. Entienda las razones de sus ideas y decisiones. 2. Si se difiere en algo, no debe ser por el simple hecho de polemizar, sino con el fin de que brille la verdad. De ahí que nuestras críticas deben estar basadas en razones verificables y no en emociones o meros caprichos personales. 3. Se critican las ideas y las opiniones, no a las personas. Evite los insultos y las ridiculizaciones. 4. Se debe tener siempre una actitud de consenso. Cada interlocutor debe poseer la humildad suficiente para aceptar que estaba equivocado o que las razones del otro tienen más peso. 5. Se requiere de una ética del discurso donde no se promuevan intenciones ocultas. Frases engañosas como “para el pueblo” son usadas muchas veces por cada parte en conflicto para ganar apoyo, pero en el fondo lo único que se busca es el beneficio personal.