Desde sus sombras muestra a otros la luz
Sus ojos se apagaron paulatinamente. Ahora solo ve sombras. Imparte clases desde el año de 2009
EJEMPLAR. Perdió la vista porque al nacer la metieron sin protección en una incubadora, pero ello no le impidió superarse y convertirse en maestra de otras personas invidentes. Karla Patricia Amaya se siente realizada en su mundo de sombras. Se ríe del destino que le quiso hacer una mala jugada, porque más bien le dio la oportunidad de servir a los demás. Ayuda a valerse por sí mismos no solo a alumnos de la Escuela para Ciegos Luis Braille de San Pedro Sula, sino también a niños y adultos ciegos de otras comunidades. De vez en cuando viaja a El Progreso o Copán Ruinas para enseñar el sistema Braille a vecinos ciegos de esas comunidades que por falta de recursos no pueden trasladarse a San Pedro Sula para recibir clases. Tiene una hija de catorce años procreada con un invidente a quien conoció mientras estudiaba en la escuela para ciegos. “No puedo decir que fue un amor a primera vista, sino a primer oído”, dice haciendo gala de su buen humor. No solo imparte clases. También orienta a los padres, algunos de los cuales no quieren admitir que sus hijos necesitan una educación especial para poder optar a una vida mejor, pese a su limitación. “Quieren tenerlos en la casa como si fueran un objeto, subestimando sus capacidades”, expresó la educadora. Otros creen que porque aprendieron a escribir en Braille ya están listos para enfrentarse a la vida. “Cuando el niño recién ha perdido la vista, los papás no quieren aceptar que son discapacitados. A eso llamamos la etapa del duelo”. En la escuela también les enseñan computación y hasta cómo usar sus celulares. Los alumnos aprenden a manejar
un programa especial llamado TalKback mediane el cual hacen uso de su WhatsApp, añadió. Informó que la segunda semana de agosto sus alumnos participarán en un certamen de fútbol, golbol y dominó, que tendrá lugar en Guatemala. Ella participará en la disciplina de dominó.
La Escuela Luis Braille se sostiene con cuotas voluntarias que pagan los alumnos y donaciones de instituciones generosas, ya que no cuenta con ayuda gubernamental.