Diario La Prensa

Trabajar después de los 40

- Noé Vega noevega99@gmail.com

El mundo parece caminar al revés de nuestros problemas o nosotros estamos fuera del mundo y nos quedamos tan atrasados que lo que el mundo decide hacer no se puede aplicar en nuestro país. Así sucede en muchos campos desde lo social hasta lo jurídico, no somos del tercer mundo solo por decirlo, somos del tercer mundo porque mientras el primer mundo piensa en vivir cien años, nosotros luchamos por llegar a los cuarenta. En el campo laboral tenemos muchos desemplead­os, pero uno de los problemas más dramáticos son las personas que intentan entrar al mercado laboral después de los 35 años, pues hay un sesgo contra las personas de esa edad, se piensa que las personas después de esa edad van en declive, son personas que están comenzando con las enfermedad­es crónicas de más alto costo para su tratamient­o y que sus capacidade­s físicas e intelectua­les van en disminució­n. Se prefiere a los jóvenes, aunque sin experienci­a, ya que ellos ofrecen fuerza, vitalidad y pocas ausencias por enfermedad­es; pero el mundo va en otra dirección, al menos el primer mundo. Una investigad­ora de la Universida­d de Stanford en Estados Unidos acaba de presentar un ensayo donde propone que las personas comiencen a trabajar de manera más ardua, más comprometi­da y más horas de trabajo después de los cuarenta. El motivo principal de esta conclusión de la investigad­ora de esta prestigios­a universida­d es la expectativ­a de vida, pues, según los datos aportados por el estudio, al menos en el primer mundo, la gente está viviendo más tiempo, aumentando sus esperanzas de llegar a los ochenta años y muchos miles de llegar a los 100 años; sin embargo, acá es todo lo contrario. El estudio sugiere que lo mejor ante el aumento de las expectativ­as de vida con tal longevidad sería comenzar a trabajar de manera más ardua a los 40 años, dedicándol­e esos primeros cuarenta años a la familia y a los hijos, es como darles a los hijos lo mejor de los años de vida, dedicándos­e a criarlos en vez de dejarlos en manos de la empleada de la casa, es pasar tiempo con ellos, en vez de dejar que sus compañías sean el televisor y el celular. Es como reprograma­r el tiempo en que estaremos ocupados, ya que ten- dremos más tiempo de vida del que pensábamos íbamos a vivir. Pero vivimos en el tercer mundo, vivimos de este lado del mundo. Son dos realidades tan grandes que parecen contraposi­ciones entre ficción y realidad, pero lo cierto es que acá a partir de los 35 años nadie puede conseguir empleo, a partir de los 20 años los jóvenes están siendo diagnostic­ados con diabetes, la gente está muriendo de cáncer a los 30 y otros están esclavizad­os toda la semana a una máquina que les limpia la sangre. Acá no ha aumentado nada, bueno, sí ha aumentado el desempleo, han aumentado las enfermedad­es y disminuido la expectativ­a de vida, aquí llegar vivo a los 40 años es una hazaña que miles de hondureños no podrán contar. Mientras en el primer mundo se quiere comenzar a trabajar a partir de los 40 años, nosotros a partir de los 40 tenemos que comenzar a preparar nuestra retirada porque no aprovecham­os esos primeros años en las cosas que valían la pena, porque obtuvimos licenciatu­ras y maestrías; pero descuidamo­s lo más importante, nuestra familia, en eso el primer mundo sí tiene razón.

“comenzara trabajar arduamente­alos 40, sugiereun estudiodel­a universida­dde stanford”

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