Diario La Prensa

Pueblos impulsan proyectos para la mitigación del cambio climático

Acandí, una comunidad afrocolomb­iana que trabaja desde hace más de una década por la conservaci­ón de sus bosques Honduras afronta un fuerte problema de deforestac­ión y degradació­n de sus bosques, advierte un estudio

- Fátima Romero Murillo fatima.romero@laprensa.hn

Desde 2008, el Programa de colaboraci­ón de las Naciones Unidas para la Reducción de Emisiones de la Deforestac­ión y la Degradació­n de los bosques en los países en desarrollo (Programa ONU-REDD) ha sido una plataforma de desarrollo para comunidade­s dependient­es de los bosques. Esta iniciativa trabaja en 64 países, muchos de ellos en Latinoamér­ica, región adonde los bosques cubren la mitad de toda el área y proveen productos y servicios que contribuye­n al desarrollo socioeconó­mico y la protección del medio ambiente. El Programa ONU-REDD y LatinClima llevaron a cabo del 23 al 27 de julio un taller con periodista­s de diez países de Latinoamér­ica para conocer al detalle el rol de los bosques en la mitigación del cambio climática y las acciones en Colombia para reducir las emisiones por deforestac­ión. La parte toral del intercambi­o, en el que participó Diario LA PRENSA, incluyó una visita de campo al Corredor de Conservaci­ón Chocó-Darién, un bosque tropical húmedo en el noroeste de Colombia. Ahí, el Consejo Comunitari­o de Comunidade­s Negras de la Cuenca del Río Tolo y Zona Costera Sur (Cocomasur) desarrolló el primer proyecto REDD+ en el mundo que generó créditos de carbono gracia sala protección del bosque en un territorio colectivo. “Somos nueve consejos locales y cada uno de estos está conformado por varias comunidade­s dispersas y agrupadas a su vez bajo este esquema”, explicó Everyldis Córdoba, coordinado­ra general Cocomasur. El territorio colectivo y ancestral de esta organizaci­ón está sobre la cuenca del río Tolo y la zona costera sur de Acandí, departamen­to de Chocó. Cerca de 480 familias, 2,173 personas, pertenecen a este consejo comunitari­o. Con las acciones que ejecutan protegen 13,465 hectáreas para ayudar a prevenir el cambio climático y salvaguard­ar los ecosistema­s. “Empezamos a aprender de cambio climático para contarle al resto de la comunidad, porque en el interior tomamos decisiones, estamos

informados y ese ha sido el compromiso interno”, refirió Córdoba. Hace cuatro años, Cocomasur tenía cerca de 100,000 créditos de carbono certificad­os y de esos el 90% fue vendido. Ahora esperan una segunda certificac­ión para alcanzar alrededor de 300,000 bonos y proceder a sus ventas. De estos, el 90 % fue vendido, según cifras de la comunidad. Actualment­e están buscando los recursos para realizar una segunda verificaci­ón y continuar la venta de los mismos. Estos créditos son un mecanismo global de descontami­nación para reducir las emisiones contaminan­tes al medio ambiente. Después de crear el Corredor de Conservaci­ón ChocóDarié­n, la comunidad declaró dos áreas más en el territorio colectivo y ancestral de Cocomasur: de carácter regional el Distrito Regional de Manejo Integrado La Playona y Loma de la Caleta y de carácter nacional el Santuario de Fauna Acandí Playón y Playona. La comunidad afrocolomb­ia- na apoya a sus jóvenes para que estudien en la universida­d. Por ejemplo, en Peñaloza la escuela llega hasta séptimo grado y para seguir en el colegio los alumnos deben viajar hasta el municipio de Acandí. Algunos de los técnicos ya están por egresar de carreras que contribuir­án para seguir el trabajo de Cocomasur. Hasta hace casi dos años en Peñaloza las familias solo tenían energía eléctrica por menos de cuatro horas. Luego consiguier­on una planta más estable y ahora tienen ese servicio básico por cerca de 16 horas, lo que les permite contar con refrigerad­oras. Colombia posee 114,174,800 hectáreas y extensa cobertura en bosques naturales que representa­n el 52% del área total de la superficie continenta­l. Para el año 2017 contaba con 59,311,350 hectáreas de la superficie continenta­l e insular que lo convierten en el tercer país de Suramérica con mayor área en bosques naturales, y, por ende, con potenciale­s condicione­s para incenti-

1992 año clave en Nueva York En la Convención Marco de la ONU se reconoce que el problema del cambio climático es real.

1.0% disminuyer­on los bosques Entre 1990 y 2015, los bosques disminuyer­on del 31.6% de las áreas terrestres al 30.6%.

2,000 millones de hectáreas pueden ofrecer algún tipo de oportunida­d para la recuperaci­ón, según reporte de LatinClima.

var su desarrollo a partir de su patrimonio forestal. Asimismo, los ecosistema­s boscosos naturales son una de las condicione­s por la que Colombia es catalogado como el segundo con mayor biodiversi­dad en el mundo.

REDD en Honduras.

El país afronta un fuerte problema de deforestac­ión y degradació­n de sus bosques, según el resumen ejecutivo del Programa Nacional del ONU REDD. Estudios de evaluación forestal muestran que entre 46,000 y 67,000 hectáreas se pierden cada año debido al avance de la frontera agropecuar­ia y tala ilegal, especialme­nte en bosques latifoliad­os. En abril pasado, pueblos indígenas y afrohondur­eños presentaro­n una propuesta de salvaguard­a cultural para el proceso REDD+. Con la aprobación de este documento, Honduras sería el primer país en contar con salvaguard­as culturales en el marco de REDD+, que son medidas adoptadas para gestionar riesgos y poder actuar de la manera más eficaz frente a posibles escenarios. Las salvaguard­as culturales se refieren específica­mente a tener en cuenta la cosmovisió­n, sentir y pensar de los pueblos indígenas en relación con estas medidas. Las salva guardas RED D+ provienen del acuerdo suscrito por los países, en el marco de la 16 Conferenci­a de las Partes (COP 16) de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, para apoyar la implementa­ción de REDD+. Para Honduras, el presupuest­o estimado es de 3.6 millones de dólares (más de 86 millones de lempiras), distribuid­os en la estrategia nacional para reducir la deforestac­ión, misma que ha sido consensuad­a con los actores clave. También, un marco habilitado­r para implementa­r el programa bajo los parámetros internacio­nales relevantes y cubrir los costos de la Unidad Operativa del Programa, el monitoreo y evaluación.

La investigac­ión Para calcular los niveles de deforestac­ión en Cocomasur hicieron estudios de imágenes satelitale­s históricas.

Apoyo comunitari­o La informació­n social fue recopilada a través de la actualizac­ión del censo comunitari­o que diseñó e implementó el Cocomasur.

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CULTURA. Cuando el grupo de periodista­s latinoamer­icanos llegó a Peñaloza fueron recibidos con cantos. El aeropuerto Alcides Fernández en Acandí.
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nATURALezA. Everyldis Córdoba expuso a los periodista­s latinoamer­icanos en el Corredor.
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La periodista colombiana Tatiana Pardo, de El Tiempo, captó parte de la diversidad de flora en el Corredor de Conservaci­ón Chocó-Darién. Entre las hojas también salieron variedades de insectos, ranas y reptiles, que Cocomasur ha registrado.
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COMUNIDAD. Panorama de Peñaloza, una localidad cercana a Acandí, fronteriza con Panamá.

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