Perseguir sombras
La campaña estadounidense de apoyo a la diáspora iraní y la población que dentro del país ha mostrado su descontento parece poco efectiva y, por el momento, ha llevado a los distintos órganos de poder de la república islámica a cerrar filas. Recientemente se han encadenado declaraciones de responsables estadounidenses y también del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dirigidas aparentemente a instigar las protestas populares contra las autoridades iraníes y un eventual cambio de régimen. “Las autoridades deben dar esperanza al pueblo porque los estadounidenses, en cooperación con el régimen sionista, han comenzado una guerra mediática y política contra Irán”, reconoció el primer vicepresidente iraní, Eshaq Yahangirí. Pese a ello, el portavoz de Exteriores, Bahram Qasemí, insistió en que las llamadas a un cambio de régimen en Irán son “inútiles”. “Es un sueño que nunca se hará realidad”, aseveró. Aunque desde Washington han matizado que el objetivo es forzar a los dirigentes de la república islámica a modificar sus políticas y no cambiar de régimen, la escalada de la presión política y económica desde la retirada de EE UU del acuerdo nuclear de 2015 han hecho saltar las alarmas. La situación interna en Irán es complicada debido a la crisis económica que atraviesa el país, agravada con la entrada en vigor de las sanciones estadounidenses entre agosto y noviembre y que ha generado protestas y huelgas, pero, según los expertos, no es suficiente para tambalear al régimen. El director del Centro de Estudios Iraníes de la Universidad de Londres, Arshin Adib-Moghaddam, expresó a Efe que “la administración de (presidente de EE UU, Donald) Trump persigue sombras”. “La posibilidad de un cambio de régimen desde el exterior es exactamente cero, Cuba es un buen ejemplo. Los países revolucionarios que han mantenido su distancia de EE UU son en gran medida estables”, subrayó.