Colombia inicia la era Duque con Nicolás Maduro en la mira
El nuevo mandatario quiere llevar un paso más adelante la presión sobre el presidente venezolano Deberá hacerle frente a focos de violencia financiada por el narcotráfico
BOGOTÁ. El derechista Iván Duque asumió ayer la presidencia de Colombia empeñado en endurecer la política de paz de su antecesor y en asfixiar diplomáticamente al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela. Abogado de 42 años y delfín del influyente exmandatario y senador Álvaro Uribe -investigado por la Corte Suprema-, Duque juró al cargo para el que fue elegido por cuatro años el 17 de junio. De manera simultánea, las
fuerzas de oposición se movilizaron en varios puntos del país para exigirle que proteja a los líderes sociales tras el asesinato de 331 de ellos desde 2016, y respete los compromisos de paz asumidos con la exguerrilla FARC. Duque, que tendrá como vice a la conservadora Marta Lucía Ramírez, la primera mujer en ocupar el cargo, sucederá al impopular Juan Manuel Santos, con quien inició su vida pública pero del que se apartó luego hasta convertirse, de la mano de Uribe, en duro adversario. Aunque contará con mayoría en el Congreso, el exsenador enfrenta a una fortalecida oposición de izquierda y de centro, que alcanzó su mayor representación en las legislativas de marzo. Con flores, vestidos de blanco y banderas de Colombia, centenares de opositores se manifestaban a favor de la paz y la vida en al menos 36 ciudades y municipios. Cuarta economía de América Latina, Colombia afronta una delicada fase de implementación de los acuerdos que firmó con las FARC -la poderosa guerrilla convertida en partido-, al tiempo que afronta varios focos de violencia financiada por el narcotráfico. De entrada, Duque deberá darle forma a su promesa de modificar, “sin hacer trizas”, el pacto que le valió el Nobel de Paz a Santos y que condujo al desarme de casi 7,000 guerrilleros.
Maduro. El menú de retos para Duque lo complementan los líos judiciales de Uribe -quien deberá rendir indagatoria por soborno y fraude procesal, lo que complica su liderazgo en el Senado- y la explosiva situación en Venezuela y su coletazo migratorio. Bajo la administración de Santos, Bogotá prácticamen- te congeló todas sus relaciones con Caracas y pasó a liderar la campaña internacional que condena la “dictadura de Maduro” y pide un cambio pacífico de régimen. Quizá este sea el único punto en que coinciden los gobiernos saliente y electo. Duque quiere llevar un paso más adelante la presión sobre Maduro en busca de “elecciones libres”, a través una estrategia coordinada con otros gobiernos. “Venezuela es un reto mayor en dos frentes”, señala Sebastián Bitar, de la Escuela de Gobierno de la Universidad de Los Andes.