“Teníamos una tromba en contra con Bucaneros, Dios hizo justicia”
El asistente técnico habló sobre lo complicado que fue ascender y los nuevos retos que les esperan
La Ceiba. Detrás de Manfredo Reyes hay varias páginas con una vida multifacética por contar: tiene una licenciatura en Economía Agrícola, es comunicador deportivo y ahora funge como asistente técnico en Bucaneros. Los colegios y proyectos deportivos en sus primeros 20 años dirigiendo a equipos no profesionales solo fueron un inicio para un hombre que denota liderazgo cuando se habla de dirigir a un club y esto le valió para conquistarelascenso alaSegundaDivisión con Bucaneros (equipo ceibeño) asistiendo a Mario Chávez, un hombre tímido ante los medios, pero con muchocarácterycompromiso en el terreno de juego. Hace algunos años era un sueño para él, ahora los está viviendo tras dar sus primero pininosenelverdaderofútbol, aunque admite que sigue tierno, aprendiendo y tomando los retos. “Yo aprendo de todos, me gusta escuchar”. Ante ello, aún con el sabor de la victoria que conquistaron ante San Juan de Quimistán, Santa Bárbara, Manfredo admite que el camino no fue fácil, después de todo, el paso hacia la Segunda División es unprocesocomplejo, partidos duros, canchascomplicadasy circunstancias con las cuales lidiar. “Teníamos una tromba en contra, al final Dios hizo justicia”. Si bien es cierto, la plantilla de Bucaneros no la conforman jugadores que se escuchan en la televisión, son solo un grupo de apasionados alfútbolqueensumayoríason empleados. “Algunos laboran en el departamento de cámara fría, mantenimiento y bueno, ellos tienen que hacer su trabajo de ocho h o ra s , a h o ra cuando les toca ponerse los tacos lo disfrutan”, reveló Manfredo. Pese a todo ello desveló que “el éxito ha sido por el esfuerzo, humildad, el hambre que siempre ha tenido aparte de creer en sí mismo. A los jugadores siempre estuvimos recalcándolequeselateníanquecreer” y que ahora el reto es “mantenerse en Segunda División. Manfredo no se raja y quiere seguir aprendiendo y si eso le abre las puertas en una selecciónmenorenunfuturocomo entrenador, sería el hombre más bendecido. “Si Dios abre puertas porqué no soñar; soñar no cuesta nada”.
Al menos medio millón costó el ascenso de Bucaneros a la Segunda División. Ganaron el 75% de sus partidos, el 20% en empates y 5% en derrotas.