Desafíos pendientes
desafíosconllevandejarelconformismoyno conformarsecon el“dejarhacer, dejarpasar”
Mientras seguimos enfrascados-y talvez un poco entretenidos-con los escándalos de corrupción, Honduras está sumergida en un mar de grandes desafíos que debemos resolver, para construir un mejor país. Quizás hacer frente a esas grandes situaciones que es preciso mejorar, al mismo tiempo que la necesaria depuración de las instituciones sea también un enorme reto, pues lamentablemente el mundo no se detiene a esperara quehagamosunalto. Enloeconómico, lograrunamayor agilidad administrativa, la seguridad que otorga un marco regula torio claro y una política fiscal equilibrada, son temas que impactan directamente en la atracción de nuevas inversiones y la retención de las existentes. Mientras no logremos mejoras sustancia les, difícilmente la economía podrá crecer al ritmo re querido que permita generar las oportunidades de empleo para una vida digna para la población. Hoyporhoy, losjóvenes– población entre 18 y 30 años-gen eran la mayor presión en este sentido; sin embargo, no basta con resolver los problemas actuales, sino de repensarnos en un futuro no tan distante, cuando dicha población envejezca. Envejecer en Honduras es casi un pecado. No existe una cultura de la inclusión del adulto mayor–sí, aquí se considera mayor esa quienes pasan de los 35 años-en la vida productiva. Se valor a poco la experiencia, interesa más el conocimiento de la tecnología que la aplicación de lo conceptual. Es indispensable reconocer que la mezcla generacionales la que nos ofrece mayor riqueza, al combinarlas capacidad es y destrezas de cada grupo. No debemos esperara que estas nuevas generaciones se conviertan en adultos mayores para trabajaren ello. Todo tieneimp actos directos en losocial. La fragilidad del tejido social debido a problemas como la desintegración familiar provoca da por la paternidad irresponsable, la falta de oportunidades que alienta la migración ir regular, la cultura de violencia y la falta de sensibiliza ció na len foque de igualdaddegénero, nosconvierten en un país tremenda mente vulnerable. Y si de vulnerabilidad se trata, en lo ambiental parece que aún no nos damos cuenta de la realidad que palpamos. Las noticias nos hablan de una“guerra del agua” en la capital, de las sequías y de cómo colapsan las ciudades ante tormentas breves pero copiosas. Los promontorios deba su raya no solamente invaden las ciudades en supuestos sitios clandestinos a ojos vista de todos, sino que están siendo parte de nuestros mares. Los parques nacionales y las reservas forestales son amenaza dos constantemente por verdaderas plagas humanas y no solamente por gorgojos. Los desafíos del país son enormes y van más allá de ver políticos encarcelados; aunque sin lugar a dudas recuperar la confianza perdida en las instituciones sí requiere de un proceso de saneamiento. Demaneraespecial, necesitamos servidor es públicos más sensibles aestarealidad, quereconozcanque falta mucho por hacer, pero que se ocupen seriamente de esos asuntos; que sepan que la falta de infraestructura en el sistema educativo merece atención, tanto como la calidad de la educación. Que los asuntos de política exterior, especialmente en temas de protección al migran te ir regular, se resuelven con propuestas serias y no con murales estilo colegio, en el vetusto y descuidado edificio donde hoy se encuentra la Cancillería. Los desafíos pendientes conllevan a salir dela zona de confort, no solamente para quienes tienen un lugar en el aparato estatal, sino también para los ciudadanos acostumbrado saque nos entre tengan con cualquier cosa, ano actuar con seriedad y, desde la indiferencia, permitir ala entronización del“dejarhacer, dejarpasar”.