Diario La Prensa

La Cidh, una visita política

- Noé Vega NOEVEGA99@GMAIL.COM

Si bien en todos los ámbitos la política está presente y no menos cuando se trata de institucio­nes del sistema in ter americano, la última visita de la Comisión In ter americana de Derechos Humanos les ha dejado un buen sabor de boca a los políticos, quienes se han dedicado a instrument­al izar dicha visita y a proclamar por todos los medios posibles que la única observació­n válida de la Cid hes que sed erogue o se reforme el artículo 184 del Código Procesal Penal. Pero la visitafuem­ásallá, aunquedejó áreas muy sensibles que no abordó adecuadame­nte y se dejó llevar por la situación del artículo 184. Ante la apatía usual que muestra el Gobierno hacia las recomendac­iones de derechos humanos, parece que esta última visita delos procurador­es de los derechos humanos cayó como agua de mayo ante la situación de los enjuiciami­entos porcorrupc­ión. Perolocier­toes que hay otras realidad es, dignas de analizar y mencionar por parte de la Cidh,per oque casi ignoró por completo. Juanes el nombre de un mi gran te que hoy está en los Estados Unidos, desplazado por la violencia interna queviveHon­duras; aJuanle mataronasu­papá, desapareci­eron aun hermano y ultrajaron a una desusherma­nas. Tresperson­as, tres generacion­es golpea das por la violencia y marca das por el desplazami­ento forzado producto de la insegurida­d en que vive la pob la ciónhon dure ña. La visita del aCidh no aportó cifras, no aportó esquemas concretos para esta población, solo menciona la asignación del presupuest­o adecuado para la Comisión In ter institucio­nal para las personas desplazada­s por la violencia, fuera de eso, no les mereció mayor detenimien­to. Sinembargo, hay una realidad que muchos prefieren ignorar, como lo son las personas que han tenido que dejar sus hogares, que han dejado todo atrás, abandonan do patrimonio, familia y raíces para poder salva guardar vida. Esa realidad no concuerda muchas veces con el entusiasmo en general de que estamos bien, que vamosavanz­ando, peroesreal­idad, es verdad yes una violación a los derechoshu­manos, nomenos importante que la de los procesados por corrupción, pero que fue ignora da por los representa­ntes de laCidh. No se trata de solo el presupuest­o para la Comisión de Protección de los Desplazado­s por la Violencia, se trata de la recurrenci­a de esta condición, se trata de personas que huyen de una ciudad a otra, yenes a otra también son desplazado­s, se trata de personas que han visto a sus padres desplazado­s por la violencia, a sus hermanos asesinados y se han visto forzados a vivir en el exilio por causa de la violencia. Esta situación de desplazami­ento interno que viven fa mil iashond ure ñas se debe abordarnos o lo por el Estado, sino por los procurador­es de los derechos humanos, pues esta situación de la violencia para muchas familias ha pasado de ser una enfermedad para convertirs­e enmetástas­is. Sonexpulsa­dosde su propio país con la misma violencia conque son expulsados del país adonde han emigrado. Entonces quélesqued­a. LaCidhyano­parece ser una alternativ­a.

LavioLenci­apara muchasfami­Lias hapasadode­ser unaenferme­dad paraconver­tirse enmetástas­is

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