Los inicios, difíciles
“El éxito consiste en aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse”: Winston Churhill. Siempre que vemos el éxito en una persona, la tendencia de los demás es decir es cuestión de suerte, pero nunca se imagina en el esfuerzo y sacrificio y a cuantas cosas tuvo que renunciar para llegar donde se encuentra, nada surge de la suerte, toda persona debe aprender a remangarse las mangas y ponerse a trabajar duro, no es asunto de inteligentes sino de diligentes y disciplina, carácter y visión. Para ver resultados en todo emprendimiento que usted logre desarrollar, es necesario pasar por estas experiencias; se toman decisiones que nunca se hubieran tomado. Las decisiones dolorosas son parte del crecimiento, son imprescindibles para adaptarse a las exigencias cambiantes del medio; tendrá que pasar por tonto, ignorante y loco ante la opinión de la gente, es allí donde ellos magnifican sus errores, pero no desista, ya que el precio de la grandeza esta en pasar por la humillación de muchos y por la gratitud de pocos. Deberá ocuparse y preocuparse por personas que no se interesan por usted; muchas personas son amables, pero interesadas en sacar provecho; otras rudas, y muy pocas son especiales, pero ellos le darán la razón del por qué guardar el corazón. No se trata de apariencia o algo superficial, sino de la dignidad y respeto a lo que somos y creemos. Tendrá que vivir y asumir la responsabilidad, pero es la oportunidad de crecer, madurar y cambiar. Dios le ha dado una llave de éxito: “La dádiva o don del hombre le ensancha el camino y le lleva delante de los grandes“(Proverbios 18:16). Cuando se camina con fe en Dios, es porque usted ya vio su futuro seguro y cumplido por lo que él mismo ha prometido. “Nunca se debe gatear cuando se tiene el impulso de volar”. Hellen Keller.