Necesario
Los adjetivos sobre el hecho proporcionan no solo la visión, sino los sentimientos generados en torno él y el interés de la población, de manera que, positiva o negativamente, nadie quede indiferente. Nos referimos al diálogo nacional, cuya gestación fue muy laboriosa con alzas y bajas, como es natural, a todo esfuerzo de las personas por entenderse en un ambiente complejo y plural. Pero ya se dio un paso más en la ruta, cuyo trayecto es calculado para dos meses y si es necesario algo más. Las dificultades están ahí, no hay que difundir una especie de “angelismo” como si todo fuese sobre ruedas, al contrario surgirán obstáculos tales que podría bastar un soplo, un pequeño toque con el dedo para que se derrumbe, puesto que la crisis es grave y golpeante, de manera que cada expresión, iniciativa y resolución tendrá profundo y fuerte eco en la sociedad, el empleo, la convivencia, la paz etc.. “Compromiso por Honduras: reconciliar para transformar” es el punto de luz que debe ir guiando, como ese puntero láser en el aula, la intervención de los delegados de las fuerzas políticas de tal manera que en más de una ocasión, como el maestro en la pizarra, hay que iluminar atrás para encarrilar nuevamente las posiciones de quienes se escuden en altos intereses para defender iniciativas muy particulares y tratar de desacreditar, por todos los medios, las de otros participantes. “Lo cortés no quita lo valiente”, y la altura en el diálogo nos puede dar a los hondureños un motivo más de esperanza en el cambio al rescatar, en alguna medida, el crédito y la confianza de los políticos. De lo contrario, y hay que advertirlo, el pantano nos irá tragando más rápidamente. Jornadas y horario irán marcando el caminar hacia el objetivo común con la coordinación de un mediador internacional que no es un “mago”, pues el resultado final será del diálogo, escuchar y hablar, del interés sincero por terminar la confrontación, gestar la reconciliación para lograr transformar que es la meta no idílica sino real para la supervivencia, como primer paso, en camino hacia el mejoramiento de la calidad de vida de todos los hondureños. Los asuntos a tratar en las cuatro mesas de trabajo son básicos para la convivencia, para fortalecer la institucionalidad, para mostrar el rescate del pensamiento sobre la violencia, para proporcionar la oportunidad de rescatar la credibilidad del sector político y así recuperar la confianza y credibilidad en los partidos. No será fácil, pero sí posible y si a ello sumamos “necesario” tendremos los hondureños la oportunidad de empuñar una herramienta, reconciliación, para trazar el futuro, transformación.