A LA “CAZA” DE 500 JEFES DE MARAS
La ofensiva se centrará en San Pedro Sula y Tegucigalpa para desarticular a los sustitutos de cabecillas presos en El Pozo y La Tolva
TEGUCIGALPA. Como parte del replanteamiento de la estrategia de seguridad, la Fuerza Nacional Antimaras y Pandillas (FNAMP) emprendió la búsqueda y captura de 500 líderes pandilleros que dirigen las actividades de extorsión, sicariato, robo de vehículos, asaltos y narcomenudeo en Tegucigalpa, San Pedro Sula y el resto del Valle de Sula, entre otras regiones del país. Dentro de esta lista figuran los nuevos “toros y palabreros” que han sustituido a los cabecillas que guardan prisión en las cárceles de El Pozo I y II, y que ahora tienen el control de las huestes del barrio 18 y la mara Salvatrucha (MS-13) en todo el país. Las fichas de los jefes pandilleros, a la cual tuvo acceso LA PRENSA y que por razones de seguridad no se publican para prevenir una probable fuga, fue elaborada tras varios meses de intenso y meticuloso trabajo de inteligencia de los equipos que integran esta nueva unidad élite. Los expedientes de cada uno de estos criminales están contenidos en un voluminoso dossier en el que se especifican sus antecedentes criminales y el nivel de jerarquía que ostentan en la estructura, así como los lugares en donde operan dirigiendo las actividades de tráfico de drogas, narcomenudeo, asesinatos y extorsión a negocios y transporte urbano. Dentro de ese grupo se encuentra uno de los supuestos altos jerarcas de la Salvatrucha ( MS-13), quien en octubre de 2016 burló a las autoridades y logró huir de una propiedad de San Pedro Sula, al norte del país. De acuerdo con las autoridades, el acusado, quien desde esa fecha se encuentra prófugo de la justicia, era el encargado de manejar las finanzas de esa violenta agrupación delictiva en la zona norte y a nivel nacional. La semana pasada, el presidente Juan Orlando Hernández anunció una ofensiva
“contamos con un plan y una estrategia para liberar zonas tomadas por las maras”
AMÍLCAR HERNÁNDEZ Jefe de la FNAMP
nacional para liberar los barrios, colonias y aldeas donde las pandillas y otras asociaciones ilícitas tienen de rodillas a la población hondureña. Una fuente de seguridad expresó que en los últimos meses las agencias de inteligencia han trabajado en recabar información, ubicar los grupos por zonas de operación e identificar a los principales cabecillas y sus colaboradores para luego entrar a la siguiente etapa, que consiste en la localización y captura. Para alcanzar ese objetivo, la FNAMP ha delimitado Tegucigalpa y San Pedro Sula en sectores específicos en los que estas estructuras criminales operan. Para el caso, Tegucigalpa se ha seccionado en 11 sectores controlados por la MS y la 18, incluyendo el corredor adonde se localiza la Penitenciaría Nacional en el valle de Amarateca, que incluye Ciudad España, Támara, Divina Providencia y Zambrano. En Cortés se ha hecho exactamente lo mismo, priorizando áreas poblacionales como San Pedro Sula, Chamelecón, Villanueva, Choloma, Pimienta, Potrerillos, El Progreso y la Lima, puesto que hay una alta incidencia delictiva de estos grupos.
Inteligencia.
El coronel Amílcar Hernández, jefe de la FNAMP, informó a LA PRENSA que se ha hecho un fuerte trabajo de inteligencia que ha permitido identificar las zonas de mayor incidencia delictiva de estos grupos criminales, así como la identificación de los jefes que están encargados de planificar y girar las órdenes para la comisión de hechos delictivos
en esas zonas. “En base con eso hemos elaborado una estrategia con la cual vamos empezar a liberar sectores de la incidencia delictiva que cometen estas estructuras criminales”, acotó. Asimismo, reveló que como parte de este trabajo de inteligencia se han identificado plenamente a unos 500 jefes de pandillas de ambos grupos considerados como objetivos o blancos prioritarios de la Fuerza Antimaras. Hernández también reveló que intervendrán zonas residenciales y de alta plusvalía con circuito cerrado de Tegucigalpa y San Pedro Sula, ya que han indagado que viven escondidos varios jefes de pandillas y sus operadores. Estos líderes tienen órdenes de los “torones” de operar desde esas zonas para pasar desapercibidos.