Enfermos renales de Choloma demandan la apertura de clínica de hemodiálisis
Desde hace dos años fue terminada, equipada y el personal que laborará ya fue capacitado
CHOLOMA. Maribel de Jesús Alcerro padece de enfermedad renal crónica, vive en el municipio de Choloma y viaja tres veces por semana a San Pedro Sula para someterse al tratamiento de hemodiálisis. Junto con su esposo viaja en autobús, eso representa que su salud se vaya deteriorando, y sumado a las cuatro horas que debe estar conectada a la máquina que le desintoxica la sangre hay que agregar el gasto económico que les genera muchas veces pagar taxi directo hasta la Capital Industrial. Doña Maribel de Jesús es una de las 800 personas que acude a la clínica de Diálisis de Honduras en San Pedro Sula, en donde se ha tenido que abrir un cuarto turno debido al acelerado aumento de personas con insuficiencia renal. La señora tiene riñones poliquísticos, una enfermedad hereditaria que le fue descubierta a raíz de su padecimiento de hipertensión. Su esposo Wilfrido Lanza Bautista es quien la acompaña a sus tratamientos y forma parte del grupo de apoyo de los pacientes renales de Choloma, y como tal llama a las autoridades de la Secretaría de Salud para que “den el visto bueno” para abrir la clínica de diálisis en ese municipio, pues se cumple un año de estar gestionando el permiso. Con el funcionamiento de la clínica, que ya lleva dos años de estar el edificio terminado y debidamente equipado, se verían beneficiados 160 personas con enfermedad renal crónica que residen en Choloma, Puerto Cortés y Omoa. “Estamos urgidos porque el ministro de Salud acelere el proceso del acercamiento del servicio a los pacientes renales. En el caso de la clínica de Choloma, el proveedor aduce que solo falta la firma. Yo como familiar y esposo pido al señor presidente de la república, el abogado Juan Orlando Hernández, que nos ayude y dé la orden al ministro para que se abra la clínica”, pidió.
Otro turno. Milena Murillo, de Diálisis de Honduras, dijo que tienen dos años de estar equipados y con el personal ya capacitado. “En San Pedro Sula atendemos a 800 pacientes. Nos vimos en la obligación de abrir un cuarto turno que inicia a las 6:00 pm y se finaliza con el último paciente a la 1:00 am”, expresó Murillo. Muchos pacientes que no son de San Pedro Sula y que salen a medianoche han tenido que quedarse a dormir en las bancas afuera de la clínica porque ya no hay transporte para sus lugares. “Abrimos este espacio hasta la 1:00 am y hasta nuestros empleados se ven afectados porque salen tarde, aunque les brindamos transporte, pero no podemos llegar a algunas zonas de alto riesgo y se dejan en un punto y tienen que caminar hasta sus casas”, expresó. El costo y el equipamiento de la clínica asciende a 20 millones de lempiras. Enrique Flores, miembro de la Asociación Latina de Pacientes Renales ( Alpar), manifestó que 160 pacientes de esa zona serían los beneficiados directos con la apertura de esta clínica y descongestionaría la de San Pedro Sula. “Es algo triste y hay mucho paciente que está entrando al programa y son pacientes jóvenes. Las dos causas que conducen a la insuficiencia renal son la hipertensión y la diabetes, y hay niños y jóvenes que necesitan el tratamiento de diálisis para poder vivir”, aseveró.
“PEDIMOS AL MINISTRO DE SALUD QUE APRUEBE LA APERTURA DE LA CLÍNICA”
“TUVIMOS QUE ABRIR OTRO TURNO ANTE LA GRAN CANTIDAD DE PACIENTES QUE HAY”