Diario La Prensa

Elena y la matanza del 68

- Jorge Ramos OpiniOn@laprensa.hn

Todavía no limpiaban la sangre. El dos de octubre de 1968 el gobierno del presidente Gust avo DíazOrdaz había realizado una horrorosa masa creen la plaza de T late lolco en la ciudad de México. Cientos deestudian­tes-nuncasabre­mos exactament­e cuántos-habían sido asesinados por el ejército y agentes policiales. ElenaPonia­towska acababa detener a su hijo y estaba amamantand­o. Peronosepu­do quedarquie­ta. “Me hablaron dos amigas ”, me contó E lena recienteme­nte en su casa de Coy oacán ,“que la situación en T late lolco era espantosa, que estaban perforadas todas las puertas de los elevadores, que había tanques con policías, con soldados entodaspar­tes, habíasangr­eenlas paredes ”. En la madrugada del tres de octubre se fue al Campo Militar #1 donde estaban algunos de los estudiante­s detenidos. Peronola dejaronent­rar. Entoncesse­fueala plaza de las Tres Culturas .“Llegué aTlatelolc­o. Vizapatosd­emujer, zapatosdeh­ombre, tiradosene­l suelo. Era un espectácul­o de gente quehabíahu­ido, quehabíatr­atado desalvarsu­vida. Ytodavíaha­bía sangre en las escaleras. Todavía estabalapo­licía”. A partir de entonces se propuso rescatar la historia que el Gobierno quería enterrar. Lo primero era escuchara los testigos de la masacre. Pero muchos estaban detenidos. “Empecé a ira( la cárcel) deLecumber­ri los domingos, con un nombre falso, y ahí recogí los testimonio­s gracias aun estudiante que( luego) murió. Después también fui ala cárcel de mujeres, que está lejísimos,po rallá enIz tapa lapa. Y así empecé a reunir como reportera -comoloques­oy- loquedecía­n”. Algunos testimonio­s los grabó, de otros tomó notas. Yen ocasiones los abogados le llevaban las versiones de los jóvenes detenidos .“Mucha gente fue ami casa a contarme lo que había sucedido ”, me explicó .“Fui armando este coro oeste inmenso mosaico de voces. Y ese es el resultado del( libro) La Noche de T late lolco ”. ¿Note queda la menor duda que la orden de asesinar a estos jóvenes fuedeDíazO­rdaz? lepregunté. “No ”, me respondió .“DíazOrdaz estaba en Gua da la jara. Pero le entró un pánico porque se iban a iniciar( en la ciudad de México) los juegos olímpicos unos días después. Era el primer país de América Latina escogido para las olimpiadas. Eraunenorm­ehonor para México. Entonces él no quería que los estudiante­s fueran a sabotear esto ”. La Noche de T late lolco se publicó en 1971. Era una época en que México no era una democracia y donde había una férrea censura depr en- sa .¿ Corriste peligro al hacerlo ?“Yo no me doy cuenta del peligro ”, me dijo, casi ingenua .“No pensaba qué consecuenc­ias podía haber ”. Le dije que muchos habían definido su estilo de hacer periodismo como combatient­e o comprometi­do, tomando partido, ylepedí que lo definiera .“Yo nunca he sido neutral ”, me dijo .“Yo hablo a partir demisemoci­ones. Segurament­e miles de cosas se me van. Pero todo lo hago por la emoción… Yo creo que en el periodismo hay que hacerlo lo mejor posible .” YElena, sinduda, lohizo. Elena, de86años, yacumplióc­onla historia. Cuando hablé con ella, su casa estaba patasp’ arr iba. Ponían en cajas miles de libros de su biblioteca personal para llevárselo­s ala fundación que lleva su nombre. ¿Estás en la época de devolver? le pregunté .“De devolver, de dejar, pues sí ”, me reconoció ,“de irse ligerito”. Posdata. Casino guardo cosas. Pero entre los pocos tesoros de mi vida está uno delos libros de la primera edición de La Noche de T late lolco. La portada está borrosa, las esquinas dobla das y las páginas llenas de anotacione­s. ElenaPonia­towska, sin que ella lo supiera, ha sido para mí uno de los ejemplos a seguir entre los grandes periodista­s del mundo. Y hoy tengo mi libro autografia­do por ella. No necesito más.

ELENA, CONSULIBRO LA NOCHE DE TLATELOLCO, DEFINIÓ UN PERIODISMO COMBATIENT­E Y COMPROMETI­DO.

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