May, bajo gran presión
La primera ministra británica, Theresa May, intenta en el congreso anual conservador recuperar la iniciativa para defender su liderazgo, que está bajo una “enorme presión” por el brexit, si bien nadie quiere su puesto en este momento crítico de las negociaciones, según los expertos. Batallada dentro y fuera del Reino Unido, May habló ante los diputados y las bases tories en Birmingham, centro de Inglaterra, en medio de permanentes conjeturas sobre su futuro debido a su reciente fracaso en el diálogo con la UE. El rechazo de Bruselas a su plan
de Chequers, que propone crear un mercado común de bienes británico-comunitario con equivalencia regulatoria, y el del ala más radical y euroescéptica de su formación han dejado a la premier claramente más debilitada. El liderazgo de May en los próximos meses será “muy duro, más allá del acuerdo sobre el brexit. Todo el mundo estará descontento porque nadie conseguirá lo que quiere, así que ella seguirá bajo una enorme presión”, dijo a Efe Victoria Honeyman, de la Universidad inglesa de Leeds. Para Honeyman, el único aspecto “positivo” que le ha permitido a May permanecer al frente del partido es que “nadie más quiere su trabajo en este momento. Una vez que el Reino Unido haya dejado la UE, entonces habrá gente que quiera ser primer ministro, pero no en este momento (...), es mejor esperar y culpar a May” si el acuerdo con los otros 27 países de la UE resulta insatisfactorio. El catedrático Tim Bale coincide en afirmar que ninguna de las “grandes bestias” conservadoras, los diputados más destacados, “quiere realmente sustituirla antes de que el país deje la UE”. A pesar de estas divisiones internas entre los tories, siempre sobre el eterno y cansino debate acerca de la UE, los expertos no vislumbran una división de la formación entre proeuropeos y euroescépticos, porque “les gusta demasiado el poder”, según Bale. “Los tories han sobrevivido desde finales de 1700. Sobrevivirán”, aventuró.