Seis muertos y 7,200 afectados
Una madre y sus dos hijos murieron soterrados y el cuerpo del hombre que se lanzó al río en Tegucigalpa fue encontrado en Cantarranas
TEGUCIGALPA. Dos sistemas de baja presión, uno en el Caribe y otro en el Pacífico, descargaron con furia torrenciales sobre Honduras dejando secuelas de muerte y dolor. Al menos seis personas fallecieron, hay una desaparecida y otras 7,000 están afectadas a causa de las lluvias. El mortal temporal recordó lo vivido en octubre de 1998 con el devastador huracán Mitch. Desde hace 20 años se viene trabajando en una recuperación que se torna lenta con la esperanza que las condiciones no se vuelvan adversas. El país continúa en emergen- cia para este día, aunque las alertas podrían comenzar a bajar, según los pronósticos. El primer azote de lluvia se llevó de este mundo al joven Vladimir Oquelí (de 25 años), quien murió el jueves ante la furia de la siempre peligrosa quebrada El Sapo. El muchacho entró a la vivienda de una vecina en la colonia 3 de Mayo para recuperar unos papeles importantes, pero la casa sucumbió. Oquelí, padre de familia dedos pequeños, fue arrastrado, murió y su cuerpo lo encontraron elviernes en la aldea Cofradía, Francisco Morazán. Vladimir Oquelí Mendoza Álvarez, co- nocido popularmente como Coli, fue sepultado ayer en horas de la mañana en el cementerio municipal El Durazno, al norte de la capital, en la aldea del mismo nombre. Un día después la desgracia se trasladó a San Marcos de Colón, cuando el señor Juan Bautista (de 35) se atrevió a cruzar una quebrada con su caudal alto a bordo de un caballo. La extremidades de la bestia no soportaron el peso de ambos y fueron arrastra dos hasta la muerte. El mismo día en Tegucigalpa decenas de capitalinos fueron testigos de la locura del joven Juan Pablo Rodas Lagos (de 31), quien se lanzó desde el pasamanos del puente Soberanía a las agitadas aguas del río Choluteca. Al muchacho ya lo había rescatado personal del Cuerpo de Bomberos, pero sus intenciones requerían que fuera detenido o paralizado porque solo esperó un rato y volvió asaltar. Sus restos fueron encontrados en el municipio de Cantarra-nas, hasta donde fue un familiar a reconocerlo. Las desgracias continua ron en el municipio de Santa Ana, La Paz, adonde una madre y dos menores de edad fueron soterrados por un alud de tierra.
Las víctimas mortales respondían a los nombres de Sonia María Argueta (de 25), sus hijos Dennis Josué Argueta (de 9) y Ruth Argue ta( de 7), quienes fueron rescatados sin vida horas después. En medio de las desgracias se reportó también un milagro en la vida del niño Wilfredo Alberto Ortiz Martínez (14), quien se salvó de morir ahogado en la quebrada Zancudo, de la colonia Villa Nueva.
Damnificados. Los torrenciales que caían sobre el país llevaban una ruta de desgracia a la zona sur, pero la advertencia del presidente Juan Orlando Hernández, mediante la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), de un desalojo inmediato en las zonas vulnerables ayudó a salvar muchas vidas, dejando a su vez a miles de damnificados. Anoche, en comparecencia de prensa el mandatario exhortó a la ciudadanía a no bajar las medidas preventivas debido a que las lluvias continuarán. Demandó que se reconozca a Honduras como una de las regiones más vulnerables del planeta, a fin de que el país pueda acceder a los “fondos verdes” que le permitirían ejecutar obras para prevenir desastres. El reporte oficial de daños detalla que en total producto de las lluvias fueron afectadas directamente 7,219 personas que pertenecen a 1,474 familias hondureñas.
Un total de 836 familias de connacionales que suman 3,259 personas fueron evacuadas por las autoridades. A nivel nacional hay 4,595 personas albergadas en escuelas, colegios e iglesias que pertenecen a 758 familias. Durante las acciones realizadas por Copeco, municipalidades, bomberos y demás cuerpos de socorro se logró rescatar a 18 hondureños que estaban en gran peligro. Se incluyen en los daños 747 viviendas afectadas en ocho departamentos del territorio nacional, ocho de ellas fueron destruidas. Se desbordaron seis ríos causando caos entre la población y dañando un puente y cuatro carreteras.