Regresando a la realidad
Miles de hondureños han regresado a sus hogares después de disfrutar de unos días de descanso y esparcimiento en distintos lugares a lo largo y ancho de nuestro territorio nacional. Sin embargo, la inmensa mayoría de los ciudadanos no tienen asegurados sus platos de comida que a diario son necesarios, así que hablar que millones se movilizaron es otra burda falacia del Estado fallido que pretende seguir maquillando lo que no se puede esconder. Cuando el 67% de la población hondureña lucha en la pobreza extrema es un insulto inflar estadísticas para querer mostrar que todo va bien cuando todos sabemos que la dura realidad es radicalmente distinta a lo planteado. De ahí que muchos de quienes vacacionaron regresaron a la realidad encontrándose con aumentos a los combustibles, aumento a la tarifa de energía eléctrica, aumento a los productos de la canasta básica, endeudamiento social degradante, en fin, con las imposibilidades que genera una economía quebrada por la corrupción y el pésimo manejo. Los hospitales siguen sin medicamentos, las escuelas y maestros en el olvido por un sistema desfasado, sin generación de medios de empleo, sin seguridad jurídica para la inversión nacional y extranjera. Así que esa es la oscura realidad a la cual nos enfrentamos. Muchos no tienen nada y pocos tienen demasiado, esa es la lógica para entender tanta desigualdad social en un país carente de políticos con verdaderos líderazgos que privilegian sus bolsillos en lugar del ejercicio de una política con valores para el beneficio de la ciudadanía. Así que el reconocimiento de esta dura realidad debe despertarnos del sopor para que la valentía nos acompañe en el proceso de transformación que nuestras generaciones venideras merecen.