Lluviasdejandestrucción enlaisladeMallorca
Diez personas murieron y un niño de cinco años sigue desaparecido debido a los desbordamientos y riadas
SANT LLORENÇ. Vehículos empotrados, colchones mojados, cascotes, árboles arrancados de cuajo y barro por doquier. Sant Llorenç era un pueblo devastado este miércoles, tras la inundación que arrasó parte de la isla de Mallorca. Sant Llorenç des Cardassar, en una hondonada y a unos 10 km del mar, es el pueblo más afectado por una tragedia que ha dejado diez muertos, entre ellos dos británicos y una holandesa, en esta isla española conocida por sus playas y su turismo. Un niño de cinco años está además desaparecido. Las violentas precipita- ciones del martes por la tarde sorprendieron a sus vecinos, que apenas tuvieron unos segundos para reaccionar ante la crecida fulgurante del torrente que cruza el pueblo, de ocho mil habitantes. Estas inundaciones constituyen una de las tragedias más graves causadas por lluvias en los últimos 25 años en España. El tenista español Rafael Nadal, que colabora en la lim- pieza de inmuebles de Sant Llorenç, ofreciólasinstalaciones de su centro deportivo de Manacor (donde nació) para “todos los afectados que necesiten alojamiento”, según comunicó en las redes sociales. El Servicio de Emergencias pidió a todos los vecinos que permanezcan en casa y que ningún alumno fuera a los colegios de los municipios afectados. El gobierno regional balear decretará tres días de duelo y pedirá al Ejecutivo español la declaración de zona catastrófica. El rey Felipe VI de España manifestó su pesar por los fallecidos y apoyó a los afectados, mientras que el jefe del Ejecutivo, el socialista Pedro Sánchez, se desplazó al lugar para asegurar que los damnificados van a disponer “todos los recursos”.