INA ante inminente colapso
El 95% del presupuesto es destinado al pago de empleados, lo que tiene paralizado el proceso de reforma agraria en el país
TEGUCIGALPA. El Instituto Nacional Agrario ( INA) mantiene casi paralizado el proceso de reforma agraria porque desde hace unos cinco años ha dejado de comprar tierras para campesinos por una profunda crisis financiera que sus autoridades atribuyen a una elevada planilla y un leonino contrato colectivo. El presupuesto de 2018 del INA es de L270 millones, pero la planilla de empleados más el convenio laboral absorben un 95% de ese monto, según el subdirector de la entidad, Darwin Cálix. “Estamos de rodillas... no podemos mentir, tenemos que decir las cosas como son, no hemos podido comprarles tierras a los campesinos”, expresó Cálix. El INA cuenta con una planilla de 720 trabajadores permanentes y por contrato. El estancamiento financiero del INA ha hecho que se man- tenga suspendido el trámite de compra de cuatro mil hectáreas que ha ofrecido un terrateniente, explicó el funcionario. Cálix indicó que en 2014 las empresas asociativas campesinas le adeudaban al INA L400 millones en concepto de tierras vendidas. El INA da 20 años para que los campesinos paguen las tierras, pero en 2014 había muchos que estaban por el año 17 de su crédito y se encontraban en mora, por lo que “se tuvo que socar la tuerca” al reanudarse el proceso de cobro, dijo. La cobranza de esos fondos ( recuperación de la deuda agraria) a unas tres mil empresas asociativas campesi- nas, en teoría debe utilizarse para dar más créditos a los productores para que adquieran más parcelas. El actual director, Ramón Lara Bueso, quien funge desde 2014, logró recuperar L120 millones de la mora de L400 millones, pero tales recursos se destinaron a cancelar compromisos salariales y el contrato colectivo, indicó el funcionario. “La lógica nos dice que los L120 millones los deberíamos estar reinvirtiendo en compra de tierras, lamentablemente no se ha podido hacer porque tenemos un contrato colectivo que tiene unas cláusulas que nosotros hemos considerado que son leoninas”, remarcó Cálix. En 2018, el INA espera recibir L50 millones de recuperación de deuda agraria que se destinarán para cancelar moras de los beneficios salariales de los trabajadores, y para 2019 se reanudarían las compras de terrenos.
Leonino. El IX Contrato Colectivo del INA y el Sindicato de Trabajadores del Instituto Nacional Agrario (Sitraina), vigente desde 2012, contiene algunos beneficios para los trabajadores: bono por vacaciones, salario mínimo fijo de L8,000, incrementos fijos de L 2,200 anuales, becas para hijos de empleados, elevadas cesantías, entre otros. Uno de los principales impac- tos causados por el contrato es el bono de vacaciones porque, según Cálix, hay casos en los que un empleado con más de 15 años de antigüedad tiene derecho a L80,000 por ese estipendio al año. También, de cuerdo con el contrato colectivo, el INA debe destinar un 25% de la recuperación de la mora agraria para darles un bono a los empleados. Mientras convenio obreropatronal drena los ingresos del INA, el presupuesto de la entidad ha registrado drásticos recortes, lamentó el subdirector. En 2014, la partida presupuestaria era de L380 millones, pero ahora es de L235 millones.
El Instituto Nacional Agrario tiene rango constitucional, lo que suponía que iba a representar que la entidad sería prioridad para los Gobiernos.
Autoridades del INA y del Sitraina negocian un nuevo contrato colectivo para 2018.
Ineficiente. El presidente de la seccional 5 del Sitraina, Marlon Varela, rechazó que el contrato colectivo sea el lastre financiero del INA y, en consecuencia, la razón del rezago en la adquisición de tierras para los labriegos. “Eso no es cierto porque recuerde que nosotros tenemos seis años sin negociar el contrato colectivo, no ha habido ánimo del patrono, sino hasta ahora que se exigen a instancias del Ministerio del Trabajo con un mediador”, aseveró. Existen tres fuentes de ingresos en el INA: el presupuesto estatal, la recuperación de la mora agrícola y ayudas internacionales. Varela señaló que las autoridades del INA demuestran ineficiencia en el manejo del presupuesto porque en este se incluyen los salarios de los empleados y los beneficios del contrato, por lo que no puede acusar que el contrato representa un costo adicional no previsto. “Hay una cuenta para la pla- nilla burocrática que, como la palabra lo dice, es para el pago de los trabajadores, está estipulado los 12 meses de pago, aguinaldo y bono de vacaciones, y el trabajador no es culpable de las malas administraciones pasadas y presentes”, enfatizó. Dijo que es contradictorio que el subdirector del INA culpe a los beneficios de los trabajadores por la paralización de la reforma agrario porque el director les ha asegurado que “está bien” con las tres centrales campesinas y por eso estas no reclaman compra de tierras. “El director nos dijo que con ellos está bien ( centrales campesinas), que no se les debe nada, desde ahí usted ve la falsedad de lo que el subdirector está hablando”, enfatizo. La Ley de Modernización del Sector Agrícola establece que el INA financiara la compra de tierras de vocación agrícola para el cumplimiento del proceso de reforma agraria. Tambiém tiene que hacer la titulación y expropiación de predios ociosos para otorgarlos al campesinado. “lostrabajado- resnosomos culpablesdelas malasadministraciones”
MARLON VARELA Presidente Seccional 5 Sitraina
“eldinerodela deudasedebería usarpara compra de tierras, perosepaga el contrato”