ortega apela al miedo para aferrarse al poder en nicaragua
El 18 de abril estalló la crisis sociopolítica contra el gobiero de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo Cifra de muertos sube a 325, según organismos de derechos humanos
MAN AGUA. Seis meses de protestas contra el presidente Daniel Ortega mantienen sumida a Nicaragua en una profunda crisis, que deja 325 muertos y centenares de detenidos, una economía en caída libre y un gobierno que según analistas se aferra al poder haciendo uso del miedo. “Aquí nos quedamos todos” ha sido la respuesta reiterada de Ortega a los pedidos de renuncia de sus opositores, que con marchas, bloque os y todo tipo de protesta se han manifestado contra el gobierno desde el 18 de abril. Ni las presiones económicas, ni las denuncias internacionales de violación de derechos humanos en el marco de la represión a las protestas, parecen poner en jaque a este exguerrillero de 72 años, que ayudó a derrocar a la dictadura de Anastasio Somoza en la década de 1970 y que considera a las manifestaciones un intento de golpe de Estado. Después de unos primeros meses en los que reinó el caos en el país por los bloqueos de vías y los choques diarios entre manifestantes, las llamadas “turbas san di nis tas” ylasfuerzas del orden, el mandatario -al que acusan de autoritarismo, corrupción y nepotismoproclamó en julio el retorno a la normalidad. Perolasprotestas, aunquehan tenido picos de menor actividad, no han cesado y en las úl-
ti mas semanas han aumentado las detenciones y los juicios y condenas a opositores apresados en las manifestaciones. “Es a través de las elecciones, de los votos que se cambian gobiernos en Nicaragua... así lo heredó la revolución con la Constitución de la Revolución (1987). No es por golpes”, ha respondido Ortega de forma reiterada a esfuerzos de opositores para su renuncia. Pero descartó adelantar las antes de 2021. “Parece que el gobierno está en
la fase más autista, como que elmundonoexiste, yloqueha hecho es escalar la represión, aplicar un estado policial de terrorismo de Estado”, dice el exdiplomático Mauricio Díaz, de la oposición social cristiana. Pese a la desaparición de los bloqueos y al mensaje oficial de que todo está normal ,“estamos viviendo en un estado de terror permanente”, aseguró de su lado el sociólogo óscar Vargas. Organismos de derechos humanos cifran en unos 500 los
detenidos por protestar, de los cuales cerca de 300 son procesados en los tribunales, algunos por delitos de terrorismo. Y en estos últimos días empezaron a conocerse condenas a entre 15 y 24 años de cárcel en su contra. Además, miles de manifestantes, entre ellos algunos dirigentes estudiantil es, campesinos y defensor es de derechos humanos se han refugiado en países vecinos o en EEUU tras denunciar amenazas a su seguridad.