Recomendaciones para mejorar
Uno de los homenajes más deslucidos que he presenciado en la historia del fútbol hondureño fue el del domingo pasado cuando en el estadio Nacional, sin la presencia de dirigentes de peso y sin divulgarlo adecuadamente a través de los medios de comunicación, se pretendía reconocer a algunos personajes históricos del balompié catracho, entre ellos Santos Alejandro el Indio Ruiz, Carlos Prono y Mario Eugenio Dolmo Flores, quien no pudo asistir porque no le enviaron los gastos necesarios para su desplazamiento desde la costa norte a la capital. Actos tan significativos como este deben contar con la ceremonia y organización adecuadas. En el caso de Dolmo que nos dio tantas alegrías con la Bicolor y con Olimpia a fines de los años ochenta y principios de los noventa, representando a Honduras en muchos países, es necesario que alguien asuma darle el juego de despedida que nunca tuvo. Me parece excesivo el castigo impuesto a Ángel Tejeda por la Comisión de Disciplina, no por culpa de ellos, sino debido a un obsoleto código que simplemente dice que al expulsado por escupir se le castiga con un mínimo de seis y un máximo de nueve encuentros sin especificar si el escupitajo fue hacia la grama, para el árbitro, para un rival o como en este caso hacia un aficionado que insultó al futbolista. En un torneo en el que en promedio los equipos disputan 18 partidos, esa ley ambigua es ridícula y debe cambiarse. Parece que al fútbol lo han contagiado con las triquiñuelas de los políticos, ya que Marathón está reclamando la inclusión de los jugadores Wilmer Crisanto y Omar Elvir, del Motagua, en el partido reprogramado que correspondía a la fecha 7 de la primera vuelta en la cual ambos futbolistas también disputaron el partido entre las reservas de las dos escuadras. Se basan en que si los dos partidos se hubieran jugado en la misma fecha, los jugadores no hubiesen podido disputar el mismo día dos juegos, pero desde el punto de vista del juego limpio me parece que estas argumentaciones si es que están en la ley deberían obviarse y eliminarse porque el Campeonato de Reservas persigue otros fines menos competitivos y más de formación. También es necesario que los directivos se reúnan con experimentados futbolistas, entrenadores y personas que han estado ligadas al fútbol por muchos años para que les ayuden a tomar la mejor decisión relativa con el nombramiento del próximo director técnico de la Selección Nacional.