Brasileñas no logran detener al machista Jair Bolsonaro
El candidato ultraderechista sigue al frente de las encuestas para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales Es criticado por sus frases denigrantes contra las mujeres
RÍO DE JANEIRO. Era el punto débil de Jair Bolsonaro: las mujeres. Pero el rechazo de millones de brasileñas por un candidato misógino y machista se fue debilitando y no parece suficiente para impedir que el ultraderechista se convierta en el próximo presidente de Brasil. Bolsonaro hizo en varias ocasiones declaraciones denigrantes o despectivas sobre las mujeres, que representan el 52% de los 147 millones de electores. El excapitán del Ejército le dijo a una diputada de izquierda :“Note violaría, porque no lo mereces”, trató a una periodista de “analfabeta e idiota” y explicó que su hija pequeña, la única mujer tras cuatro varones, había sido fruto de una “debilidad”. También justificó que los empresarios quieran pagar menores salarios a mujeres que a hombres. Pero después de la primera vuelta, el exparacaidista inició una operación de seducción, tomándose selfies con mujeres, difundiendo un tierno video con su hija y, sobre todo, con la promesa de un gobierno justo para todos y todas. Una semana antes, a fines de septiembre, cientos de miles de mujeres habían marchado por 60 ciudades brasileñas al grito de “Ele Nao!” (“Él No”), mostrando su rechazo hacia él. Surgido en Bahía, el movimiento “Mujeres unidas contra Bolsonaro” alcanzó los 3,8 millones de miembros en Facebo o ka una velocidad relámpago. Su fuerza inicial parecía capaz, incluso, de arrastrar a capas enteras de la sociedad para hacer frente a la extrema derecha. Pero la contraofensiva no demoró. Tras el pirateo de la cuenta en Facebook y la agresión a una de sus administradoras, los partidarios del ultraderechista pusieron todo su empeño en desacreditar las marchas, difundiendo fotos con mujeres desnudas tomadas en Australia hace 17 años como si fueran de las protestas actuales en Brasil. Organizaron también contramanifestaciones de“Mujeres por Bolsonaro”, mientras los pastores de poderosas iglesias evangélicas redoblaban su apoyo al candidato del Partido Social Liberal (PSL) y recordaban a sus seguidoras la importancia de los valores conservadores. Y la marea humana del “Ele Nao” no impidió que Bolso naro lograra en la primera vuelta del 7 de octubre un contundente 46% de los votos, frente a 29% para el izquierdista Fernando Haddad. “Nadie puede medir el impacto de la movilización de las mujeres en esta elección”, dijo la antropóloga DeboraDiniz, cofundadorade Anis, un instituto de defensa de los derechos de las mujeres en América Latina. “Pero fue una señal clara de la resistencia que (ellas) van a oponer a Bolsonaro”. Este primer turno reveló una divergencia entre el voto masculino y femenino, algo inhabitual en Brasil. Para la segunda vuelta del 28 de octubre, el 58% de los hombres debería apoyar a Bolsonaro, contra el 46% de las mujeres, según el último sondeo de Ibope. Este católico, apóstol de la familia tradicional, enemigo declarado del aborto y de la planificación familiar, piensa que todas las mujeres deben ser madres. “No estamos volviendo hacia los años 60-70 de ladictadura, sinohaciaelfinal del siglo XIX”, asegura Diniz. “Su concepción de la familia es la de mi bisabuela”, remata.