Urgen desolvamiento y embaulado del río Pelo
Autoridades municipales gestionan fondos ante el gobierno de Japón para ejecutar la obra
Más de 20,000 habitantes de las colonias y barrios del sector sur de la ciudad continúan expuestos a las crecidas del río Pelo por lo azolvado de su cauce y falta de desipadores de la fuerza de su corriente. La mayor catástrofe provocada por ese afluente que nace en la parte alta de la montaña Mico Quemado fue para finales de octubre de 1998 con el paso del huracán Mitch, 20 años después la amenaza se mantiene por falta de una obra que reduzca los riesgos de desbordamiento y erosión de su cauce. Después del fenómeno se hizo una limpieza del material, eso duró muy poco y el río quedó azolvado nuevamente.
Plan. Desde hace varios años, las autoridades municipales y empresariales han venido gestionando apoyo ante el gobierno de Japón. El jefe de Ingeniería de la comuna progreseña, Romel Cano, informó que se requieren por lo mínimo unos 300 millones de lempiras para ejecutar el proyecto de dezolvado y embaulado del río. En 2006, y en combinación con la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), entregaron un estudio a los japoneses, en esa oportunidad no hubo respuesta. “Hace dos años nos visitó una delegación de Japón con el fin de conocer esa y otras necesidades. Hace unos días nuevamente llegó otro grupo de funcionarios de ese país a conocer varias obras que ellos han financiado en el munici- pio; en esa reunión aprovechamos para exponerles el engavionado del río Pelo”. Cano indicó que ya trabajan en la actualización de los estudios que entregarán a la embajada japonesa en Honduras. Son más de cinco kilómetros que recorre el cauce del Pelo, cruza más de seis colonias hasta desembocar en el Ulúa. El plan de los ingenieros municipales es iniciar las labores de limpieza en la desembocadura y continuar hacia arriba hasta pegar al cerro, en ese
tramo planifican construir dos represas disepadoras de la fuerza de la corriente para que el efecto de estas sea menor en la parte baja. Otra situación que les preocupa es la instalación nuevamente de viviendas en esa zona de alto riesgo; luego del Mitch, la misma fue declarada inabitable pero nadie hizo nada para que esa determinación se respetara. Isidro Suazo, vecino del barrio Suyapa, manifestó que siguen expuestos a las crecidas de ese peligro afluente.