“House of Cards” llega a
su final con Claire Underwood en el poder
LOS ÁNGELES. Sin Kevin Spacey, expulsado de Hollywood tras sus escándalos sexuales, pero con Robin Wright en el Despacho Oval rodeada por un grupo de mujeres con un gran poder, las intrigas políticas de House of Cards, la primera serie que produjo Netflix, llegan a su fin con su sexta y última temporada. Las siniestras conspiraciones, jugarretas y manipulaciones de los insaciables Francis y Claire Underwood han marcado el camino de esta serie hasta su temporada final, que se estrenó ayer, pero fue, precisamente, un turbio escándalo al estilo de House of Cards lo que acabó con Spacey fuera de la producción de Netflix y con su carrera completamente hundida. Ahora, tanto Wright como Diane Lane y Patricia Clarkson sobresalen con sus actuaciones en los últimos ocho episodios del galardonado y aclamado drama político. En sus primeros 100 días al mando del Gobierno sin su maquiavélico marido, Claire Underwood cuenta con la impopularidad entre los ciudadanos y en una administración carente de aliados. Nadie la respeta o confía en ella fuera (y dentro) de la Casa Blanca. Lo inteligente de House of Cards al principio de su sexta temporada no es cubrir la ausencia de Frank, sino usarla para enfatizar el aislamiento de Claire, quien deberá tomar sus propias elecciones con todo lo que ha hecho y ha sido cómplice.