La primera caravana espera en Ciudad de México a unos 3,000 migrantes
Unos 2,000 mil migrantes se encuentran albergados en un estadio Cientos de personas integran otras caravanas que están en tránsito en Puebla, Veracruz y Chiapas
MEXICO. Unos dos mil migrantes centroamericanos en ruta hacia Estados Unidos recuperan fuerzas en un albergue de Ciudad de México, adonde esperan el arribo de otros miles, según las autoridades. Muchos de ellos empezaron su éxodo en caravana el pasado 13 de octubre desde la ciudad hondureña San Pedro Sula, a unos 1,600 kilómetros de la capital mexicana, y en el camino se han ido juntando con otros grupos proce- dentes de El Salvador, Guatemala y otros países. Para recibirlos, autoridades de la capital mexicana han convertido un estadio deportivo del oriente de la ciudad en un albergue improvisado, donde esperan recibir unos cinco mil migrantes hasta mañana. Allí descansan y deciden sus próximos pasos mientras esperan el arribo de otras caravanas que marchan por los estados de Puebla (centro), Veracruz ( este) y Chiapas (sureste). El éxodo ha desatado enfurecidas declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump, quien ha amenazado con movilizar hasta 15,000 soldados a la frontera con México para contener lo que llamó una “emergencia nacional” y convirtió esta crisis en bandera de campaña para las elecciones de medio mandato que se celebran el martes en su país. En contraste con el calor asfixiante que soportaron en el primer tramo de su ruta, Ciudad de México recibe los migrantes con el viento helado característico del otoño boreal a 2,200 metros sobre el nivel del mar. “No pude dormir del frío y de estar tosiendo”, dijo a la AFP Karla Membreño, una hondureña de 23 años visiblemente agripada y quien viaja con su esposo y su cuñada. “Uno tiene que tener fuerzas, Dios le da fuerzas a uno para seguir”, agregó. Los problemas respiratorios por el cambio de clima afectan a muchos. En el lugar operan puestos de atención médica donde los viajantes son examinados y muchos reciben vacunas contra la influenza, enfermedad que se agudiza en el otoño, explicó un médico a la cadena local Televisa. Frío y solidaridad. Algunos migrantes hurgan entre grandes pilas de ropa donada hasta encontrar prendas para abrigarse, mientras que otros buscan comprar guantes para aliviar sus manos entumidas. Al igual que en otras regiones de México por donde han pasado las caravanas, algunos vecinos les ofrecen alimentos y café. “Venimos en apoyo de los migrantes, sabemos que están sufriendo en el camino, les ofrecemos café”, dijo Pablo Cárdenas ( de 69 años), un vecino del improvisado albergue.