Nada concluyente
Cada quien habla según le va en la feria, señala la sabiduría popular, y en la del martes en Estados Unidos hay triunfadores y perdedores sobre los que cada quien apunta de acuerdo a sus intereses y expectativas. En conjunto, y sin mirar ángulos ni aristas, la democracia ha sido la gran triunfadora. Regresa al Poder Ejecutivo el contrapeso para obstaculizar la agenda de los dos últimos años y detener las propuestas más agresivas, antiinmigrantes y supremacistas en camino para lo que resta de la administración Trump. La Cámara de Representantes vuelve a los demócratas y en el Senado los republicanos aumentan la mayoría que sirve de protección en caso de surgir en el ámbito Legislativo la iniciativa del “impeachment”, muy improbable. La “ola azul” sobre la que se habían generado grandes esperanzas no llegó al nivel buscado, pero sí alcanzó las previsiones que las encuestas proporcionaban para la oposición que tiene ahora a un Trump más vulnerable sobre cuyas decisiones penderán bloqueos en la Cámara de Representantes a cuyos miembros se les abre el camino para conocer, debatir y hasta decidir según sean los resultados de las investigaciones del fiscal especial de la trama rusa, Robert Mueller, pesadilla del presidente norteamericano durante más de un año. La alegría de los demócratas tiene también su lado débil, el agujero por donde podría escapar la energía recuperada. El presidente se entregó de lleno a la campaña que llevó a su campo para conseguir el objetivo más fácil, el Senado, dejando de lado a los representantes sobre cuyo líder Paul Ryan, mantenía profundas diferencias refleja das en numerosas ocasiones en sus discursos confronta ti vos. Además, en las filas demócratas no surge una figura aglutinadora en torno a la cual se vaya forjando la labor política durante los dos años que faltan para las elecciones presidenciales. La oposición no lo tiene fácil ante la retórica de quien dice y desdice, azuza para que en la confrontación se escuche más alta su voz, amenaza para calibrar la fortaleza del amenazado y literalmente hace cumplir el principio, no hay aliados, solo intereses. Hay dos años por delante “para buscar puntos comunes y trabajar con los republicanos”, según la primera mujer en dirigir la Cámara de Representantes en 2007, Nancy Pelosi, y con grandes posibilidades de volver a ser líder. No hay una lectura concluyente de las elecciones del martes, porque si algo tiene el titular de la Casa Blanca es tozudez y arte de negociación pues, como él mismo señala, es empresario capacitado para negociar y hacer tratos. En este ambiente se entienden las palabras de Pelosi, quien recibió una llamada de Trump la misma noche del martes.