Un mal endémico
En uno de sus excelentes trabajos periodísticos, LA PRENSA recogiendo un informe de la FAO nos ha traído a colación un reportaje sobre la obesidad, que junto con el hambre y la malnutrición constituyen un mal endémico que afecta in crescendo a la población latinoamericana, y por supuesto a la hondureña, que es a la cual se dirige este comentario. En este estudio, Venezuela es el país de la región más afectado. Otrora una nación rica por su caudal petrolero que los políticos la han dejado en las latas y en la penuria, mientras ellos -la cúpula- contrastando con la población más necesitada están bien alimentados y, por si fuera poco, forrados con una cuenta bancaria de siete u ocho cifras del billete verde, nada de pesos bolivarianos, que no valen nada. Honduras, según este reportaje, forma un batallón con Chile, Costa Rica, El Salvador, Ecuador, Guatemala, Nicaragua, Panamá, Perú y Paraguay, en donde la can- tidad de ciudadanos mal alimentados se ha mantenido sin mayores cambios, lo que hasta cierto punto podría generar aplausos, pensándose que este factor es producto de una bonanza de la economía, como los burócratas hondureños lo sostienen, pero que no es así. Nos llama la atención que en este catálogo se nos coloque al mismo nivel de la economía chilena. Esta es la quinta mayor de América Latina en términos de su producto interno bruto (PIB) nominal, por lo que, de acuerdo con el Banco Mundial, pertenece a la categoría de países de ingresos altos. Un espejismo para la FAO, excepto para aquellos que controlan la economía de aquel país, como sería el caso de la industria del cobre, dada en concesión, que para los chilenos sería como lo fue para Honduras el enclave de la industria del banano, que fue para sus defensores un modelo exitoso. El fenómeno social de la malnu- trición, el sobrepeso y la hambruna se explica en la economía chilena, como en las otras economías citadas, en cuenta la hondureña, por la elevada desigualdad presente en la región, lo que refleja que los beneficios del crecimiento económico no se han distribuido en la población, sobre todo en la de a pie, pues los sectores más ricos tienen concentrado casi el 40 por ciento de sus ingresos, lo que ha generado, como lo señala este diario, el problema. Lo que es “espantoso”, según lo refiere el representante regional de aquel organismo mundial, ya que más de la mitad de sus pobladores la padecen, abriendo las puertas para muchas enfermedades como la diabetes, una de las más graves, y la hipertensión y sus problemas asociados como el daño renal, las enfermedades del corazón y otras, como bien lo señala este diario, apegado al informe de aquel organismo mundial que así lo establece sin ningún rodeo.