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La caravana de migrantes se enfrenta al frío y lluvia en Tijuana

País Los centroamer­icanos cambiaron de albergue tras chubascos en frontera MéxicoEUA Algunos tenían temor a ser deportados

- Agencias AFP y Efe redaccion@laprensa.hn

MÉXICO. Tiritando de frío por la tupida lluvia y las bajas temperatur­as que dominaron la noche del jueves en la mexicana ciudad de Tijuana, miles de centroamer­icanos de la caravana migrante empacaban ayer viernes sus mojadas colchoneta­s para mudarse a un nuevo albergue semitechad­o, constató la AFP. Desde la noche del jueves “han sido trasladado­s unos 850” centroamer­icanos en buses hasta el nuevo albergue, un centro de espectácul­os semitechad­o con capacidad para 7,000 personas, informó Mario Osuna, secretario de Desarrollo Social de Tijuana, una ciudad del noroeste de México fronteriza con Estados Unidos. “Allá tienen un espacio más digno considerad­o como albergue, y que ya está a cargo del Gobierno Federal”, aseguró a periodista­s frente al antiguo albergue, cuyo funcionami­ento estuvo a cargo de autoridade­s locales. Durante dos semanas, más de 6,000 migrantes de la caravana (la mayoría familias hondureñas con niños) vivieron a la intemperie y en condicione­s de hacinamien­to en este refugio improvisad­o en un deportivo de un barrio marginal de Tijuana, a unos cuantos metros del muro fronterizo. La persistent­e lluvia del jueves sorprendió a los centroamer­icanos, poco habituados al frío de esta zona desértica. El refugio se convirtió en un lodazal en el que flotaba la basura junto a las colchoneta­s y cobijas puestas al ras del suelo terroso. Las infeccione­s respirator­ias de muchos niños empeoraron. Fiscal de Texas

“Se inundó todo, fue todo un desastre y tuvimos que salir corriendo”, dijo a la AFP Luis López, un hondureño de 30 años, de los primeros en llegar al nuevo refugio. “Es una zona buena, está pavimentad­o afuera”, comentó bajo su gorro de invierno negro. El nuevo albergue está en un barrio marginal a unos 40 kilómetros del primero, y a unos 15 kilómetros de la frontera. Muchos de los miles de migrantes que aún no se mudaban temían que el traslado fuera un engaño para deportarlo­s. “Nadie nos quiere. Pensamos que es para sacarnos de México”, dijo Avelín Romero, una hondureña que se aferra a su encharcada casa de campaña, adonde duerme su bebé de dos años. Los servicios del primer albergue “van a quedar desactivad­os, la cocina ya no está, vamos a ir retirando paulatinam­ente los sanitarios”, advirtió Osuna. Mientras tanto, el gobierno estatal de Texas ( EUA) responsabi­lizó ayer al Gobierno mexicano de la crisis migratoria. Portavoz de la ONU

El fiscal general texano, el republican­o Ken Paxton, reelegido en el cargo en las pasadas elecciones legislativ­as, declaró en una entrevista a la cadena televisiva Fox News que las autoridade­s mexicanas cometieron “un gran error dejando que estas personas entraran en su país”. El abogado (de 55 años) admitió que la situación es “complicada” y se solidarizó con el alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum. “Estoy de acuerdo con el alcalde de Tijuana, tienen un problema y están destinando recursos de los que no disponen, puesto que, además, no sabemos cuándo acabará esta situación. Creo que las institucio­nes federales de México son las que tienen que dar un paso adelante y responsabi­lizarse de toda esa gente”, insistió. En cuanto a la situación del lado estadounid­ense, defendió la postura del presidente Donald Trump y su responsabi­lidad de proteger las fronteras para “evitar la entrada de criminales”.

“estoy a favor de la inmigració­n, necesitamo­s mano de obra en texas, pero se debe realizar correctame­nte” KEN PAXTON “otros 300 migrantes centroamer­icanos han expresado su deseo de regresar desde tijuana a sus países”

JOEL MILLMAN

Según datos de AFP y Efe

autoridade­s de México, unos 9,000 centroamer­icanos han llegado desde el 19 de octubre en distintos grupos.

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