Hoy arranca el juicio contra Fredy Nájera en Nueva York
Fiscalía solicita incluir en el juicio información adicional de testigos que relatan el papel del exdiputado en el asesinato de Julián Arístides González, entre ellos de Rosendo Nájera
TEGUCIGALPA. En una carta enviada por Geoffrey S. Berman, fiscal de los Estados Unidos al juez Paul G. Gardep he, de la Corte del Distrito Sur de Nueva York, quien conoce el proceso que se le sigue aF red y Renán Nájera Montoya en ese país, solicita que se incorpore información adicional sobre las pruebas anticipadas que el Gobierno entregó para el juicio que se inicia hoy contra el hondureño. La Fiscalía busca con la incorporación de declaraciones de testigos identificados como CW-1, CW-2 y CW-3, acreditar el papel que tuvo Nájera en el asesinato del general Julián Arístides González, zar antidrogas en Honduras. Además, presentan como prueba clave las declaraciones de Rosendo Nájera, quien detalla la conspiración que se hizo para matar a González. Esos nuevos elementos y otros más solicitó el Fiscal que sean admitidos para el juicio. Nájera fue acusado por la Corte del Distrito Sur de Nueva York el 18 de enero de 2018 de tres cargos relacionados con la conspiración para trasegar cocaína, por el uso y portación de ametralladoras y artefactos destructivos.
Represalia. El planteamiento de la Fiscalía se centra en el testimonio anticipado que rindió Devis Leonel Rivera Maradiaga, exmiembro del cartel Los Cachiros, sobre el papel de Nájera en el asesinato del zar antidrogas. Además del testimonio anticipado de otros dos testigos colaboradores que describen algunas de las actividades de narcotráfico que el diputado efectuaba y que fue lo que González investigaba cuando fue asesinado el 8 de diciembre de 2009. “El general Arístides González comenzó a investigar al acusado y a otros narcotraficantes en Honduras en 2009 luego de un envío de cocaína a Olancho que fue lo que llamó la atención de las autoridades; en represalia, Sergio Neftalí Mejía Duarte, en nombre de Nájera, se puso en contacto con otros narcotraficantes, incluido Rivera Maradiaga, y les solicitó que ayudaran a asesinar al general Arístides González para detenerla investigación y otras investigaciones similares que realizaba. Rivera Maradiaga, a su vez, reclutó a miembros de la Policía Nacional de Honduras para llevar a cabo el asesinato. Tras el asesinato, el acusado y Mejía Duarte le entregaron a Rivera Maradiaga aproximadamente entre $250,000 y $300,000 en efectivo para pagar a los asesinos que ejecutaron el asesinato. En una reunión, Nájera felicitó a Rivera Maradiaga por coordinar con éxito el asesinato del general Arístides González”, refiere la carta enviada al juez Gardephe.
Cartel de Sinaloa. En la información que se desea incluir se destaca que los testigos declararán que el acusado trabajó con varios narcotraficantes en Honduras, incluidos a miembros del cartel de Sinaloa, especialmente con un miembro de alto rango de esa agrupación identificado como César Gastelum Serrano, quien ha sido testigo en el juicio contra el líder del cartel, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera el Chapo. “Nájera también trabajó con Rivera Maradiaga en varios envíos de cocaína que se recibieron en pistas de aterrizaje del acusado y que eran transportados por los trabajadores de Rivera Maradiaga. Mejía Duarte trabajó con Nájera, pero en 2012 Nájera terminó la relación con Mejía Duarte y fue cuando Nájera empezó a entregar los envíos de cocaína que llegaban a Olancho de manera directa al cartel de Sinaloa en San Pedro Sula y, a veces, en Copán, cerca de la frontera Guatemala-Honduras”, dice el informe. El testigo CW-2 declarará que en 2008, CW-2, Jaime Gastelum Serrano Kio (hermano de César Gastelum Serrano) y un narcotraficante colombiano viajaron a Olancho para visitar una de las pistas de aterrizaje de Nájera. Cuando los hombres llegaron se encontraron con el acusado y Mejía Duarte en un rancho. Fueron a una pista de aterrizaje de Catacamas. Inspeccionaron la pista, CW- 2 le comunicó a César Gastelum que Nájera estaba listo para recibir cocaína en esa pista de Catacamas”.
250,000 dólares a 300,000 pagaron los narcos para acabar con Julián Arístides Gonzáles, cartel de Sinaloa también pagó por la muerte.