El terremoto Bukele
El terremoto electoral que vivió El Salvador con la victoria de Nayib Bukele en los comicios del domingo obliga a los partidos tradicionales a renovarse para recuperar la simpatía del electorado y mantenerse en pie de cara a las elecciones legislativas de 2021. El triunfo de Bukele, de la derechista Gran Alianza por la Unidad Nacional (Gana), con algo más del 53% de los votos, rompió el bipartidismo que mantenían el oficialista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que vieron caer su popularidad alarmantemente. Los 1,388,009 (53.02%) votos que consiguió Bukele, según el escrutinio preliminar, superan los sufragios obtenidos por Arena y FMLN juntos, con 831,726 (37.77%) y 377,404 (14.41%), respectivamente. La pérdida de votos, respecto a la primera vuelta de los comicios presidenciales de 2014, superó el 20% para la opositora Arena y el 71% para el gobernante FMLN. Estos resultados muestran que la población está “cansada de los partidos tradicionales”, lo que plantea un escenario adverso para ambos de cara a las elecciones legislativas de 2021, según el analista Humberto Saenz, presidente de la organización Acción Ciudadana. Arena posee 37 diputados y el FMLN 23, lo que les da la hegemonía en el Congreso, aunque los 10 diputados de Gana se han convertido en la llave en tomas de decisiones cuando los dos partidos mayoritarios no alcanzan acuerdos. El mayor obstáculo que enfrentan ambos es hacer que los ciudadanos olviden o dejen de ligarlos con casos de corrupción, algo que Bukele logró en alguna medida con Gana. La duda que se plantea es cuál será el partido que tenga el apoyo del Presidente electo, ya que la relación a futuro entre Gana y Bukele es una incógnita, puesto que el acuerdo para concurrir juntos a las elecciones es un secreto. Bukele se unió a Gana tras el retraso en la inscripción de su movimiento Nuevas Ideas como partido político.