Apagones obligan a comercios a sacar sus plantas eléctricas
Los semáforos de la ciudad, en su mayoría los de la 7 calle norte, no funcionaron ayer porque no hubo energía en varios sectores
“Mire, nosotros estamos preocupados porque los apagones siguen y cada vez que ocurre nosotros tenemos pérdidas. No podemos trabajar”, esa es la queja de CarlaZerón, propietaria de un salón de belleza en el barrio El Benque. Ayer, la energía se fue en el centro de la ciudad sin previo aviso y no le quedó más que cerrar su negocio y mandar un mensaje a sus clientes que por falta de energía se suspendían las citas. Ella no tiene capacidad para comprar una planta, como ocurre en otros negocios del centro, donde ayer permanecieron sin energía eléctrica. A dife-
rencia de otras ciudades, en San Pedro Su la no se trata solo de los apagones, sino que por las altas temperaturas el uso de aire acondicionado es casi obligatorio. “Esto ya se había controlado, pero hoy comienzan de nuevo estos apagones, y lo peor es que si se le quema un aparato nadie responde por uno”, afirmó Juan Fajardo, propietario de un negocio en el centro. Los dueños de negocios han encontrado en las redes sociales una forma de desahogarse ante la situación que atraviesan. Igualmente dicen que al llamar al 118 les hacen una encuesta prácticamente para tomar su denuncia. “Esto ya no se puede, el lunes es un día que uno aprovecha con los clientes, pero ayer no vendimos porque no hubo energía”, lamentó Manuel Gómez, administrador de una cafetería.
Tráfico. Los apagones que se registran casi a diario también se reflejan en el congestiona miento vehicul arques e forma en las intersecciones donde hay semáforos. “No solo es el desorden vial, sino que provocan colisiones porque no se pueden poner policías en todos los sectores”, señala el taxista Medardo Mejía. Según el taxista, cuando llaman a la empresa encargada lo único que les dicen es que están haciendo mantenimientos y quepo re solos cortes se programan. “Deben pensar que muchos negocios cerramos porque no podemos trabajar y perdemos”, lamenta Arely Méndez, propietaria de un salón de belleza.