Problemas tras reforma fiscal
Después de la aprobación de una reforma tributaria en diciembre pasado, Costa Rica debe concentrar muchos de sus esfuerzos en solucionar problemas estructurales de su sistema fiscal para garantizar una real mejora de sus finanzas, que en 2018 cerraron con un déficit del 6% del PIB. Así lo considera el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) al analizar las perspectivas de Costa Rica para 2019, año en el que el Gobierno espera que comience a producir réditos la reforma fiscal. “Si bien es cierto la reforma tributaria va a contribuir a resolver parcialmente la situación, no resuelve en definitiva el problema estructural de las finanzas públicas costarricenses”, aseguró Abelardo Medina, economista del Icefi, a EFE. El Icefi identificó problemas estructurales de las finanzas de Costa Rica como la insuficiencia del gasto público, la débil sostenibilidad fiscal, el aumento de la desigualdad, así como deficiencias en la infraestructura y en la inversión pública. Según Medina, la reforma fiscal es un paso importante y necesario para Costa Rica, pero recalcó que si el Gobierno logra aplicarla adecuadamente dará ingresos por alrededor del 1.5% del producto interno bruto (PIB), insuficientes para cubrir el déficit. El economista señaló que el resto del esfuerzo para bajar el déficit vendrá por el lado del gasto, especialmente mediante una regla fiscal que pretende garantizar la contención y la eficiencia de los gastos estatales. Sin embargo, Medina alertó que el gasto de Costa Rica es muy “rígido” y que en su gran mayoría corresponde a obligaciones consagradas en la Constitución Política, por lo que es difícil prever en qué aspectos habrá recortes. El economista subrayó como uno de los grandes retos de Costa Rica atacar con un plan serio, que no requiere de leyes, la evasión del impuesto sobre la renta y del impuesto de ventas (futuro IVA), así como el flujo de capitales ilícitos provenientes de prácticas como el contrabando.