SILVIA RODRIGUEZ RAMSÉS URRUITIA
Ella es cantante y él es pianista, bajista y toca el acordeón, y el domingo pasado se casaron a cuatro meses de cumplir 10 años de relación. “Nos conocimos trabajando en la orquesta de Armando Rodríguez (padre de Silvia), fuimos muy buenos amigos durante tres años en los que nos corríamos a los novios y novias”, cuentan entre risas. Desde que el año pasado iniciaron su proyecto musical como pareja junto a su nueva banda, los padres de Eduardo (14) y Christian (6) son de los favoritos entre los seguidores de la vida nocturna sampedrana. “Llegas a acostumbrarte a un piropo o a algún comentario hacia tu pareja, sin embargo, tratamos de andar siempre juntos y gracias a Dios los fans nos aprecian y nos respetan como pareja”, dicen sobre cómo evitar los celos cuando el público se muestra cariñoso. La música unió sus vidas y es la misma que los fortalece. “Nuestros temperamentos han sido un gran obstáculo profesionalmente hablando, sin embargo, no podemos vivir el uno sin el otro, somos un buen equipo, las debilidades de uno son la fortaleza del otro”, detalla la joven pareja que comparte la pasión por el arte y trata de crear sus propias oportunidades. Silvia y Ramsés concuerdan en que lo que más sacrifican para vivir su sueño musical es el tiempo como pareja. “Para que esto resulte es un trabajo de 24/7, por esa parte somos afortunados de trabajar juntos, pasamos mucho tiempo acompañándonos. Él dirige mi banda y el repertorio, según lo que el ambiente amerite”, detalla Silvia. Sobre los problemas de pareja al momento de subirse a una tarima, explican: “Tratamos de llevar cada cosa a su tiempo, cuando nos subimos al escenario somos de nuestro público y nos entregamos totalmente a ellos y al show”. Aunque hoy tendrán un evento en La Cevichería, la pareja dice celebrar su amor todos los días, “a veces sin razón específica salimos a comer, nos hacemos detalles a diario, nos escapamos solos, en fin, nos enamoramos cada día más uno del otro”.