Familia y trabajo
Con antecedente muy favorable, pero con una masiva embestida brutal en discursos y redadas policiales, incluyendo centros de trabajo, oficinas gubernamentales y viviendas, los migrantes enfrentan los tiempos más difíciles y complejos de su estancia en la Unión Americana. Con el lema, “la gente que ha construido este país debe quedarse aquí”, miles de beneficiados con el programa de protección temporal, TPS, recorrieron las calles de Washington demandando la eliminación temporal para ondear, por fin, la bandera de residencia permanente. El desastre del fenómeno natural, el huracán Mitch y la violencia en El Salvador, los dos países con mayor número de migrantes beneficiados, fueron atendidos con un programa temporal que proporcionó estabilidad a los ciudadanos de los dos países centroamericanos, de manera que las sucesivas prórrogas consiguieron consolidar fructíferamente el asentamiento de miles de ellos con vivienda, trabajo, hijos educados en el sistema norteamericano, en pocas palabras, con la vida hecha legal y regularmente en ciudades y pueblos del país del norte. En el polémico y adverso clima contra la inmigración, aún entre aquellos cuya ascendencia se halla al otro lado del océano o de la frontera, llegó la orden de que hay que dejar el trabajo, “vender” la casa, despedirse de los hijos que no es otra cosa que dividir la familia y obligar a echarse la mochila de regreso al lomo. Dos décadas es mucha vida de miles de familias para tratarla como objeto de ambiciones partidistas, de enfrentamientos en el circo político y de blanco de “esquizofrenia”. En esta tormenta con rayos y centellas que no solo tiene su centro en el muro, aunque sea lo más publicitado, sino también en los jóvenes soñadores, “dreamers”, y en los protegidos en los TPS, para estos últimos hay un claro en el horizonte al ordenar un juez de California respetar el TPS, pues las acciones en su contra son “ilegales” ya que están basadas en “la raza y origen” de los beneficiados violando “el debido proceso de la Quinta Enmienda”. Se le puso un muro a la Casa Blanca, cuyo titular buscará, como los migrantes en el sur, por arriba o por abajo, cruzarlo. El momento es favorable en la Cámara de Representantes, con mayoría demócrata. “¡Tenemos que asegurarnos que todos los beneficiarios del TPS se conviertan en residentes permanentes aquí, en Estados Unidos”, dijo la congresista Alexandria OcasioCortez.