Diario La Prensa

Muerto a los 28 años, ¿enterrado a los 72?

- Emilio Santamaría S. POSITIVO@EMILIOSANT­AMARIA.COM

¿Sabe usted que es la “Catalepsia ”? Yo lo aprendí cuando era aún un niño y vivía con mi familia en la Ciudad de México, donde nací. Me impresionó mucho y hasta me quitó algunas horas de sueño .¿ Qué es la catalepsia? Si lo busca en Google, verá que es la suspensión dela sensación y del movimiento. Cuando ocurre puede ser fácilmente confundida con la muerte .¿ Cómo me enteré de ella? Permítame contarle, por aquellos días había muerto el artista cinematogr­áfico Joaquín Pardabé. Era una persona muy querida, así que su entierro fue toda una noticia. Pasadas unas horas, uno de los empleados del cementerio aseguró que oía extraños ruidos en el nicho del famoso artista, después de los avisos y las discusione­s se decidió inhumarlo. Cuando el ataúd fue abierto, lo que encontraro­n horrorizó a todos los presentes y fue motivo de extensos reportajes .¡ Joaquín Pardabé había sido enterrado vivo! Un estado catatónico había engañado a todos, desde el doctor que firmó el acta de de función, hasta los amigos que compungido­s lo mira ron en el féretro durante el velorio. Debe haber sido espantoso el despertar de este hombre y sentirse prisionero en aquel ataúd. En su desesperac­ión dejó las uñas tratando de abrirlo y su rostro crispado con el cabello des peinado fue fotografia­do por los reporteros. Esa foto no podré olvidarla jamás. Afortunada­mente parece ser que esto es imposible hoy en día. Lo que si es palpable es que por las calles de todas las ciudades del mundo, deambulan cientos de personas sin ilusiones, llenas de apatía e in diferentes ante la aventura que es la vida. Ven su trabajo como un mal necesario que hay que sufrir y se concentran en todo aspecto negativo que logran descubrir. Sino lo encuentran, lo inventan. Esa gente está realmente muerta en vida. No importa si la entierran oficialmen­te dentro de cuarenta o cincuenta años. Hay quien muere a los 28 aunque lo entierren a los 72.

LONEGATIVO: Dejar que la apatía y el negativism­o nos llenen, haciendo que nos desprendam­os de las ilusiones y como consecuenc­ia existir, pero no vivir.

LO POSITIVO: Interesar nos positiva mente por lo que nos rodea y por quienes nos rodean. Desarrolla­r así las ilusiones que nos impulsen a disfrutar realmente cada minuto que Dios nos concede en esta aventura maravillos­a que es vivir.

“DESARROLLE­MOS LAS ILUSIONES PARA DISFRUTAR CADA MINUTO EN LA MARAVILLOS­A AVENTURA QUE ES VIVIR”

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