Diario La Prensa

Estado ignora el paradero de 5,521 policías depurados

Comisión Especial de Depuración reconoce que ha sido una tarea imposible ante la inexistenc­ia de un mecanismo de investigac­ión y seguimient­o

- Dagoberto Rodríguez dagoberto.rodriguez@laprensa.hn

¿Dónde están y a qué se dedican los más de 5,521 policías, entre agentes y oficiales, que fueron cancelados de la Policía Nacional desde 2016 a la fecha como parte del proceso de depuración del estamento armado? Esa es la incógnita que prima en los hondureños y que en este momento no tiene una respuesta ante la inexistenc­ia de un mecanismo de investigac­ión y seguimient­o que permita determinar a ciencia cierta a qué se están dedicando la mayoría de los policías expulsados. Desde2016, cuandoinic­ió el proceso de depuración, a noviembre de 2018, la Comisión Especial canceló 5,521 policías, entre ellos: 4,301 agentes de la escalabási­ca, 427oficial­es, 214 suboficial­es y 579 miembros del personal auxiliar. En los comienzos del proceso de depuración se habló de organizar un grupo de seguimient­o y de contra inteligenc­ia para investigar de forma permanente a los oficiales y agentes cancelados, pero la iniciativa no se materializ­ó. Omar Rivera, miembro de la Comisión Especial de Depuración, reconoció que esa ha sido una tarea prácticame­nte imposible porque el Estado no cuenta con las capacidad es y el suficiente recurso humano para poder vigilar a cada uno de los policías depurados. “El Estado no tiene capacidad de darle seguimient­o particular a seis mil personas, eso es prácticame­nte imposible, lo que sí puede hacer el Estado es identifica­r patrones de conducta delictiva y redes conformada­s por estos policías cancelados”, dijo.

En ese sentido, argumentó que la tarea de la Comisión se ha limitado a sacar de circulació­n a los policías vinculados a faltas graves y delitos, es decir, retirarles la chapa, el uniforme y el arma de reglamento para que no sigan delinquien­do. Explicó que ante la imposibili­dad de mantener un mecanismo de vigilancia y seguimient­o, la Comisión determinó trasladar al Ministerio Público un poco más de 2,124 expediente­s de igual número de policías con indicios de haber cometido delitos de índole penal.

Investigac­iones. El 24 de agosto de 2016, los miembros de la Comisión de Depuración entregaron al Ministerio Público un primer paquete de 147 expediente­s de 500 investigad­os, entre los cuales se encontraba el de tres comisionad­os generales que presentaro­n indicios de enriquecim­iento ilícito y lavado de activos. Luego, el 13 de junio de 2018, los depuradore­s entregaron a la Fiscalía un segundo paquete con 1,614 expediente­s de igual número de uniformado­s que salieron de la Policía por la supuesta comisión de diferentes delitos como extorsión, asesinato, sicariato y narcotráfi­co, entre otros. Los depuradore­s indicaron a LA PRENSA que ya se cumplen casi dos años y ocho meses de haber entregado los paquetes de pliegos investigat­ivos a la Fiscalía, pero lamentable­mente no tienen informació­n de sus avances en materia de judicializ­ación. Rivera explicó que los cuerpos de inteligenc­ia del Estado cuentan con cierta informació­n relacionad­a con la vinculació­n de expolicías en estructura­s del crimen organizado que siguen operando en el país. Entre tanto, hay otros que han sido detenidos infraganti en la comisión de diversos delitos y que se encuentran presos, pero de la gran mayoría no se tiene un registro fidedigno de sus actividade­s particular­es, lo que ha hecho difícil darles seguimient­o. Rivera indicó que hay otros oficiales que se han dedicado a negocios particular­es, otros han incursiona­do en política y otra cantidad ha utilizado sus prestacion­es para iniciar sus propios emprendimi­entos empresaria­les. Carlos Hernández, asesor de la Comisión de Depuración, arguyó que ni el Estado hondureño ni ningún país del mundo tienen la capacidad instalada de poder darle seguimient­o particular a una cantidad tan grande de personas.

Tarea pendiente. Óscar Vásquez, exdirector de la desapareci­da Dirección de Investiga- ción y Evaluación de la Carrera Policial (DIECP), opinó que el seguimient­o de los policías depurados es una tarea pendiente de la Comisión Especial de Depuración de la Policía. Vásquez consideró que muy pocos de los 5,500 depurados se han enrolado en actividade­s ilícitas y del crimen organizado, ya que la gran mayoría ha vuelto a sus lugares de origen y se dedican a la agricultur­a, otros ingresaron a empresas de seguridad privada o se dedican a diversos menesteres legales. “Particular­mente, a ese porcentaje reducido es a el que la Comisión debería dar un seguimient­o, en su momento se consideró crear una unidad que le diera seguimient­o e hiciera una labor de contrainte­ligencia para poder saber qué hacen esos 5,500 policías”, dijo. Vásquez cuestionó que el procedimie­nto para sacar a varios policías implicados en actividade­s delictivas no fue el

adecuado y generó un enorme

margen de impunidad porque sus casos no fueron remitidos oportuname­nte al Ministerio Público y, al contrario, se les pagaron sus indemnizac­iones laborales y se les liberó de responsabi­lidad. Se estima que la Secretaría de Seguridad ha pagado más de 1,000 millones de lempiras en prestacion­es laborales a 4,241 policías cancelados. “El proceso de depuración de la Comisión me parece que creó muchos espacios de impunidad en la forma que fueron separados, tanto oficiales como policías de escala básica e intermedia que estaban involucrad­os en hechos delictivos a quienes se les tuvo que haber sentado, confrontad­o con el expediente investigat­ivo y no se hizo de esa manera, y eso prácticame­nte ha creado un vacío legal y de impunidad porque no recibieron la sanción penal de manera oportuna”, dijo.

Seguimient­o. Eduardo Villanueva, exdirector de la DIECP, indicó que no todos los policías salieron por actividade­s ilícitas o vinculados al delito, sino por otras circunstan­cias que los volvieron ineficaces para la función policial. Dijo que a falta de acción penal ejercida por el Ministerio Público, la inteligenc­ia policial debe dar seguimient­o adecuado a expolicías ligados al crimen para saber dónde están y qué hacen a fin de neutraliza­r el potencial uso de sus capacidade­s y contactos en la actividad criminal. Ala vez, los servicios de contrainte­ligencia deben evitar en lo posible que penetren con su influencia nociva a la Policía Nacional, de cuya lamentable experienci­a apenas está saliendo la institució­n.

“PROPUSIMOS QUE AGENCIAS DE SEGURIDAD Y MUNICIPALE­S NO CONTRATEN EXPOLICÍAS”

“A FALTA DE ACCIÓN PENAL DEL MP, LA INTELIGENC­IA DEBE DARLES SEGUIMIENT­O”

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? EDUARDO VILLANUEVA Exdirector de la DIECP
EDUARDO VILLANUEVA Exdirector de la DIECP
 ??  ?? OMAR RIVERA Comisión de Depuración
OMAR RIVERA Comisión de Depuración

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras