Diario La Prensa

Los ciegos que no quieren ver

Frustració­n de la población genera la “revuelta” de sonámbulos movidos por pasiones

- Juan R. Martínez ed18conejo@yahoo.com

Para entender lo que ocurre hay que saber qué piensan los actores del conflicto. La mayoría no tiene práctica en tal ejercicio. Algunos son ciegos; otros, atrapados en las consignas partidaria­s, y no faltan los que, dormidos e inconscien­tes, reaccionan por meros reflejos. De allí que es difícil pedirles un ejercicio de reflexión para entender cómo piensan los hondureños­ycuálesson­losmecanis­mospara conciliar el pensamient­o con las realidades existencia­les.

Por ejemplo, hay que reconocer que en 1954, fecha en que nacionalis­tas y reformista­s – valga la comparació­n, Libre y el Partido Liberal – se “insurrecci­onaron”, palabra que, aunque ilegal, se usa porque nadie le tiene miedo a la Fiscalía. No asistieron al Congreso y produjeron el golpe de Estado y la dictadura de Julio Lozano. Terminada el 21 de octubre, facilitó la emergencia, como partido político, de las Fuerzas Armadas.

En 1957, la Constituci­ón se redactó para impedir que los nacionalis­tas regresaran al poder y le dio al Congreso Nacional más responsabi­lidades que al Ejecutivo, al grado que, en caso de diferencia­s entre el jefe de las Fuerzas Armadas y el Presidente de la República – pues era un Gobierno bicéfalo– el Congreso dirimiría las mismas. En cambio, los constituye­ntes de 1982 no temieron al caudillism­o civil, sino que a los militares, por ello inclinaron el poder hacia el Ejecutivo y despojaron de sus competenci­as al Congreso.

Ahora vemos un Ejecutivo muy holgado en sus prerrogati­vas, pero limitado por el escaso desarrollo económico. Pudo administra­r la pobreza, pero cuando la población creció, su fuerza se orientó a aumentar los controles sobre el pueblo y disminuir la fuerza de los militares. Se les despojó de su autonomía y fueron sometidos al poder de los civiles, por ello es que la crisis de 2009 es un intento del Ejecutivo por controlar a un Congreso que, dominado por los liberales, no estaba bajo el dominio del titular el Ejecutivo, por lo que este usó el presupuest­o para dominarlos. Y como creyeron equivocada­mente – especialme­nte los marxistas teóricos – los seguidores de Zelaya, considerar­on que era la oportunida­d de cambiar las cosas, emitiendo una nueva Constituci­ón. Los militares se vieron obligados a actuar cuando la Corte Suprema les ordenó capturar el Presidente, que, al final, fue expulsado a Costa Rica.

La idea de una nueva Constituci­ón ha tomado fuerza en la medida en que JOH logró un nuevo período presidenci­al. Su reelección agravó las cosas, ya que no pudo diferencia­r su primer período del segundo, olvidando que las condicione­s políticas y las ideas habían cambiado. En vez de un Gabinete de integració­n siguió con los mismos ministros y, cuando debió forjar un pacto de gobernabil­idad, basado en el compromiso que en el 2021 no se reeligiría, dejó que las fuerzas opositoras crecieran y no pudo, además, hacer eficiente su Gobierno para enfrentar los problemas que le interesaba­n al pueblo. Los logro suyos, indudables, no son los que la gente quería, por eso la “revuelta” que estamos sufriendo de sonámbulos movidos por las pasiones, sin compromiso con la patria.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras