Institucionalidad permeada
“El país empieza a deteriorarse drásticamente en los años 90, cuando aparecen los grandes barones de la droga y cuando tardíamente, Honduras aplicó una ley contra el tráfico ilícito de drogas porque antes no existía esa legislación y se aplicaba la Ley de Farmacia. La pobreza del país, la debilidad, la actitud de los legisladores y corrupción de las autoridades, hicieron que en 2002, se permeara toda la estructura institucional del país con el dinero de la droga. No existía una conciencia clara, ni en la clase política, ni en la sociedad, de lo peligroso y lo dañino de esta actividad. Fue entonces cuando los carteles mexicanos empezaron a ver a Centroamérica como un área de influencia y como área de descanso. Esto ameritó que las agencias norteamericanas fijaran sus ojos en Honduras, se creó una oficina de la DEA que antes solo funcionaba en El Salvador, porque en los ochenta dejó de trabajar en Honduras por conflictos con la CIA. Hoy encontramos una institucionalidad muy permeada con elementos que tienen empatía o que son cooptados por los carteles del narcotráfico. Además de un sistema financiero contaminado para efectos de lavado, y una zona que era de retiro, un santuario de descanso para traficantes y una plataforma de despegue para hacer llegar la droga a Guatemala y a veces directamente a Estados Unidos. El problema en Honduras es muy complejo porque no ha sido estudiado, ninguna universidad lo ha hecho en el orden económico, social y político. Si algo habría que hacer es un buen estudio, para ver cómo funciona y el papel de Estados Unidos, porque esto es un conflicto grave. En nuestros países hay conflictos y enormes actos de violencia derivados de la droga. Por ello se debe combatir, siendo más drásticos en cuanto a la interdicción. Recordemos los carteles no prosperan si no tienen la complicidad del Gobierno”.