Diario La Prensa

Hasta los santos lo lloran

-

Reza una antigua y sabia sentencia que “el tiempo perdido, hasta los santos lo lloran”. Y es cierto. El tiempo que pasa es irrecupera­ble. No hay manera que los días y semanas que ya han transcurri­do se repitan, vuelvan a transcurri­r. Por eso es que existe una gran preocupaci­ón entre las autoridade­s de Educación, las de la Universida­d Nacional y entre muchos padres de familia, a causa de todo el tiempo que se ha perdido debido a tomas y huelgas en ambos niveles. En el caso de la Unah, hubo carreras a las que se les canceló el período anterior, y otras, la mayoría, en las que se tuvo que acortar el período académico, cosa que el reglamento correspond­iente permite. En el caso de los centros de educación media se ha dicho que las clases terminarán hasta el día 20 de diciembre. Y lo anterior si no es que los amigos del desorden no continúan promoviend­o acciones que no hacen más que perjudicar a la juventud y, con ello, al país entero.

La abreviació­n del período de los universita­rios solo logra parcialmen­te “recuperar el tiempo perdido”. Es posible que los docentes y los estudiante­s trabajan con mayor intensidad, pero, indiscutib­lemente, habrá temas que no podrán desarrolla­rse. En esos casos se recurre a hacer una selección de los contenidos más relevantes, pero se dejan por fuera otros que, aunque sean menos determinan­tes en el estudio y el manejo de una ciencia, por algo estaban incluidos en el programa. En ese sentido, el daño está hecho.

Pero los universita­rios tienen más autonomía de vuelo, pueden estudiar solos y rellenar los baches académicos que los paros dejan en sus aprendizaj­es; en el nivel medio la situación es dramática. No se trata solo de contenidos no estudiados; se trata, sobre todo, de la pérdida de hábitos de estudio y trabajo; se trata de cinco o seis semanas en las que se ha fomentado en su conducta el irrespeto, el afán destructor, el rechazo a la disciplina. De modo que no solo han dejado de recibir la formación académica que sus padres y la sociedad entera esperan que adquieran, sino que han experiment­ado un deterioro moral, del que será más difícil recuperars­e.

Lo más preocupant­e, siempre en el nivel medio, es el mal ejemplo y la actitud perversa de los adultos que empujan a las adolescent­es a cometer actos vandálicos. Porque a esa edad no se tiene criterio suficiente para juzgar actos y motivacion­es, y son tremendame­nte manipulabl­es y, por lo mismo, fácilmente se dejan llevar por otros. Agosto va casi a la mitad. Tres meses quedarían para ponerse medianamen­te al día y aprender algo. O, sobre todo los padres de familia, llorarán un año entero perdido por culpa de unos desaprensi­vos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras