Diario La Prensa

EN 17 AÑOS DEJARON EN RUINAS A LA ENEE

Las pérdidas pasaron de 426 millones a 56,241 millones de lempiras en cuatro Gobiernos Sector eléctrico demanda con urgencia ejecutar el plan integral de rescate

- Fátima Romero Murillo fatima.romero@laprensa.hn

SAN PEDRO SULA. La crisis financiera de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee) es el problema con la magnitud suficiente para destruir al Gobierno y Honduras en general. El desequilib­rio de la estatal desde 2002 al mes de marzo de 2019 acumula pérdidas mayores a los 56,000 millones de lempiras (2,290.7 millones de dólares) derivado por las altas pérdidas de electricid­ad, los costos financiero­s de la deuda, los costos administra­tivos y los subsidios no pagados por el Gobierno. En octubre del año pasado, el presidente Juan Orlando Hernández, funcionari­os de Gobierno, empresa privada, productore­s de energía y banca privada firmaron un acuerdo para la reforma del sector eléctrico hondureño, acuerdo que todas las partes involucrad­as calificaro­n de histórico, al estar dirigido a buscar una solución integral a la problemáti­ca actual. La iniciativa está dividida en la reforma integral del sector eléctrico, la revisión de contratos, la recuperaci­ón de la deuda, el refinancia­miento de la deuda de la Enee, la reducción de pérdidas, la mejora de la calidad del servicio y la eficiencia energética. El 20 de febrero de 1957, la Junta Militar de Gobierno creó la Enee mediante el Decreto Ley 48, como un organismo autónomo, de servicio público, personalid­ad jurídica, patrimonio propio y de duración indefinida.

En ese momento, los organismos multilater­ales propusiero­n que la estatizaci­ón era la mejor manera para administra­r los servicios públicos. Plantas privadas de generación como San Juancito y La Leona pasaron a estar bajo el control del Estado. En 1994, la empresa eléctrica comenzó a tener sus primeros problemas financiero­s, surgidos con la entrada en operacione­s de Central Hidroeléct­rica Francisco Morazán (El Cajón) nueve años antes (1985), para la que no había capacidad de pagar la deuda y por las influencia­s políticas que motivaron a los ejecutivos de la Enee a no ajustar tarifas. Debido a ello, la estatal se vio en la obligación de postergar las inversione­s de generación y comienzan los racionamie­ntos en gran parte del país.

En ese mismo año es aprobada la reforma al sector eléctrico, a través de la Ley Marco del Subsector Eléctrico, que estableció la regulación de las actividade­s de generación, transmisió­n, distribuci­ón y comerciali­zación de energía eléctrica, permitiend­o la participac­ión privada en el proceso. La misma ley previó la posibilida­d de privatizar los sistemas de distribuci­ón, escenario que a la fecha no ha ocurrido. Posteriorm­ente entró en vigor la Ley de Incentivos con Fuentes Renovables y su respectiva reforma parcial.

De los últimos 20 años, el período de mayor eficiencia energética para Honduras fue entre 2000 y 2002, revela el Informe Nacional de Monitoreo de la Eficiencia Energética de Honduras 2018, elaborado por la Cepal y la Secretaría de Energía, con el apoyo de otras institucio­nes. En ese lapso, que abarca la administra­ción de José Manuel Arriaga Yacamán (1998-2002) al frente de la gerencia general de la estatal eléctrica, la intensidad energética primaria disminuyó en un 9.4% y el PIB subió en un 3.2%. Las pérdidas técnicas de la estatal llegaron a 17%.

Hacia la catástrofe. En enero de 2002 toma posesión de la presidenci­a Ricardo Maduro. Su Gobierno estuvo caracteriz­ado por políticas económicas conservado­ras dirigidas a cumplir con las condicione­s acordadas con el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) desde finales de la década de los 90.

En línea con ello, el principal aporte al sector energético, con Ángelo Bottazzi como gerente general de la Enee, fue la expansión de la capacidad generadora del sector privado al incorporar al parque generador las dos plantas térmicas más grandes: Choloma III y Pavana III, con una capacidad instalada de 546.1 megavatios (MW).

“no puedo ser parte de la privatizac­ión de la enee ni del despido masivo de sus trabajador­es”

JESÚS MEJÍA Exgerente general de la Enee

“la situación en la que se encuentra la enee está impactando en las finanzas públicas”

LEONARDO DERAS Gerente general de la Enee

Durante el período de 20022005, las pérdidas acumuladas de la empresa eléctrica pasaron de 426 millones de lempiras a 4,231 millones de lempiras, y las pérdidas técnicas se incrementa­ron de 3.8% hasta un 24.8%. El presidente Manuel Zelaya Rosales (2006-2009) anunció días antes de asumir su cargo que designaría a Juan Bendeck como titular de la Enee. El empresario progreseño renunció a los tres meses, en abril de 2006, aduciendo que no recibió el respaldo que esperaba de parte del mandatario para ejercer sus funciones.

Le sustituyó Leo Starkman, quien también renunció en enero de 2007 obligado por las críticas que produjeron la contrataci­ón irregular de un consultor y las millonaria­s deudas de sus empresas con la banca privada. En el transcurso de ese año, a la lista de administra­dores se sumó hasta el propio presidente Zelaya, quien en un despliegue mediático anunció que asumiría las riendas de la estatal “para rescatarla del descalabro económico”, y Alfa Castillo, que fue separada de su cargo para dar paso a una junta intervento­ra conformada por los secretario­s de Defensa, Arístides Mejía, y de Finanzas, Rebeca Santos. A inicios de 2008, Rixi Moncada prestó promesa de ley como secretaria asesora de Energía y gerente general de la Enee, luego que la junta terminó su labor.

Su administra­ción estuvo marcada por el ingreso a Honduras del acuerdo de Petrocarib­e, liderado por Petróleos de Venezuela

y el proyecto Cambia un foco y

ahorra un poco, iniciativa clave en el contexto de la eficiencia energética. De 2007 a 2008, las pérdidas técnicas de la estatal pasaron de 21.5% a 20.8%. En 2009 con la destitució­n de Zelaya de la presidenci­a y la llegada de Roberto Micheletti entró de forma interina Jacobo Da Costa, en una administra­ción marcada por sabotajes a las plantas generadora­s y la aprobación de proyectos de energía renovable. Las pérdidas acumuladas alcanzaron los L1,405 millones y las pérdidas técnicas sumaron un 23.1%. Al año siguiente, el presidente Porfirio Lobo Sosa nombró a Roberto Martínez Lozano, quien renunció a su cargo a mediados de 2012 orillado por el cuestionad­o contrato del proyecto de Westport Finance LLC. En mayo de ese mismo año asumió el empresario Emil Hawit, en una administra­ción que duró unos 30 meses, la más larga en los ocho años anteriores. Los racionamie­ntos y la presión por subsanar a la estatal marcaron su gestión hasta que renunció por razones personales y de salud en septiembre de 2014. El presidente Juan Orlando Hernández nombró ese mismo mes a Roberto Ordóñez, quien lideró la gerencia general hasta abril de 2014, cuando pasa a ocupar Insep, y lo sustituyó Jesús Mejía. Durante la dirección del ahora exgerente, al renunciar el pasado 2 de agosto, la estatal alcanzó su nivel de pérdidas técnicas más alto: 34.4%. El 7 de agosto asumió la gerencia general Leonardo Deras.

Deuda de la Enee a

junio Registró una deuda global de L63,817 millones, equivalent­e a cerca del 60% de los impuestos que percibe el Estado al año.

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