Perú sigue estando en boga por sus riquezas naturales
Descubrir este país es una experiencia llena de cultura y biodiversidad
Contiene innumerables riquezas naturales
Perú sigue estando en boga. La llama entre los viajeros que desean visitar este destino lejos de apagarse se aviva. Constantemente, este país sudamericano lidera rankings especializados en turismo y, a menudo, ha recibido algún reconocimiento por parte de esta pujante industria. Hace poco, por ejemplo, ganó como Mejor Destino Culinario y Mejor Destino Cultural de Sudamérica en los World Travel Awards (WTA) Latinoamérica 2019. Considerados los Premios Óscar del turismo, los WTA también reconocieron a Machu Picchu como Atracción Líder en América del Sur. Innegable es el interés que despierta este sitio -Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad, desde 1983, y una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, desde 2007-. Unos llegan a bordo de algún vagón de tren; otros deciden andar por el famoso Camino Inca. Ambas son experiencias de lujo, sin embargo, cada vez son más quienes se aventuran por otros rincones del Valle Sagrado de los Incas.
Los trotamundos, al estilo de los expedicionarios de antaño, apuestan por dirigirse al norte y conocer el reino de los Chachapoyas, en el departamento de Amazonas. Amantes de la cultura, el trekking y el gastroturismo: ¡todos hallan una alternativa! Aquí hay algunas: Salineras de maras. Este sitio, ubicado a 10 kilómetros del poblado de Maras, en la región de Cusco, es una de las maravillas que presume el Valle Sagrado de los Incas. Es uno de los depósitos de sal más antiguos. La visita al conjunto, conformado por unas tres mil pozas, es fascinante. Montaña vinicunca. Para algunos parece un fino textil extendido; otros dicen que es un arcoíris terrestre. También es conocida como la Montaña de los Siete Colores. Forma parte de la cordillera Vilcanota, en la zona alto andina del distrito de Pitumarca, en la provincia de Canchis, cerca del nevado Ausangate.
Líneas de Nazca. Hay que dejarse sorprender sobrevolando el desierto de Nazca para admirar diversos geoglifos. Nombradas por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad, en 1994, también están en la región de Ica, en los valles de Palpa y Nazca.