¿Y LA AUTOCRÍTICA?
A raíz de los lamentables y trágicos acontecimientos del fin de semana pasado, el verbo “señalar” ha tomado un auge que nos sorprende: “qué la Policía por aquí”, “qué la Liga por allá”, “qué los clubes por otro lado”, “qué los periodistas… acullá”, “qué la Honduras de acá… o la de allá”, y así por el estilo. ¿Autocrítica?... Sí, autocrítica, porque no pocas veces sin percatarnos contribuimos a incendiar el bosque cuando determinado dirigente expresa que el árbitro perjudicó descaradamente a su club, ¿qué captan los aficionados?, ¿mide el dirigente las consecuencias de sus irreflexivas declaraciones?, no, no las mide, su fanatismo no le permite prever los posibles efectos dañinos de sus irresponsables expresiones.
Claro, no solo dirigentes atizan las llamas; cuerpos técnicos, jugadores, personal administrativo, aficionados, periodistas, en grado alguno aportan al calamitoso panorama en que hemos sumido al más bello deporte del planeta. Necesitamos urgentes medidas draconianas para neutralizar la absurda violencia que nos agobia. Necesitamos que las comisiones de disciplina cumplan con su cometido. Sin duda, campañas conductuales harán el resto… para rescatar escenarios de antaño tan pródigos para el deleite de una actividad deportiva cuyo encanto, por esas ironías del destino, desborda pasiones insensatas. ¿Será el 17 de agosto de 2019 el punto de inflexión…?