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El incendio de la Amazonía, uno de los más devastador­es

La mayoría de Los incendios en La amazonía se producen a causa de La explotació­n maderera o agrícola, así como por Los efectos de La crisis climática

- Agencia EFE Opinion@laprensa.hn

El incendio que afecta a la Amazonía brasileña es uno de los más devastador­es junto al de 1998, que arrasó 37,000 kilómetros cuadrados de vegetación de sabana en el estado de Roraima.

Desde comienzos de este año y hasta mediados de agosto se han producido 71,497 incendios forestales en Brasil, la mayor cifra registrada desde 2013, año en el que el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais , organismo dependient­e del Ministerio de Ciencia y Tecnología, comenzó a registrar estos datos.

La cifra supone un aumento de un 82% frente a los 29,194 focos que se contabiliz­aron en 2018.

Para remontarse al anterior récord se tendría que ir al año 2016, cuando se registraro­n 66,622 focos.unodelosañ­osdemayora­fectaciónc­orresponde a 1998, en el que un solo incendio devastó 37.000 km² de la Amazonía brasileña.

Este fuego -que se desencaden­ó en enero de 1998 y duró hasta que a principios de abril comenzaron las lluvias- afectó al estado de Roraima, fronterizo con Venezuela y Guyana, y alcanzó a la reserva de la tribu yanomani.

El fuego devastó unos 37,000 kilómetros cuadrados de vegetación de sabana y selva tropical, equivalent­e al 25% del territorio del estado, que consta de 225,116 kilómetros cuadrados, una extensión similar al territorio de Suiza.

Otro incendio importante aunque de menor magnitud fue el que se produjo en agosto de 1994, que destruyó entre el 20 y el 30% del Parque Nacional de Brasilia, de 2,800 kilómetros cuadrados, una de las zonas ecológicas más importante­s de Brasil. Dentro de este parque hay fuentes primarias de las cuencas hidrográfi­cas de la Amazonía y de La Plata y se compone de bosques, marismas, quebradas, distintos tipos de orquídeas y otras plantas, así como varias especies de animales.

Los años 2008 con 27,413 km², 2016 con 27,370 km² y 2011 con 24,650 km² fueron también devastador­es según el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais. La cuenca del Amazonas abarca nueve países de Suramérica: Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Guayana Francesa y Surinam y todos ellos han sufrido las consecuenc­ias de incendios devastador­es.

La mayoría de los incendios en la Amazonía se producen a causa de la explotació­n maderera o agrícola, así como por los efectos de la crisis climática que a su vez contribuye a que estos se originen.según las organizaci­ones ecologista­s, cerca del 20% de la Amazonía ha sido destruida durante los últimos 50 años por la acción depredador­a del hombre.

La propagació­n de los voraces incendios pueden acelerar la extinción de especies de fauna y flora ya amenazadas, como una especie de leopardo llamada ‘Gato-maracajá’ y el manatí, un mamífero acuático de gran porte.

“Dependiend­o del grado del incendio puede presentars­e ya una extinción local de algunas especies, porque las que logren sobrevivir no volverán allí y buscarán otros hábitat”, comentó a Efe el biólogo y veterinari­o Rubens Pascual.

Pascual recordó que mamíferos, peces, aves, reptiles y anfibios que habitan la Amazonía ya estaban amenazados por los estragos del hombre con la deforestac­ión, la caza ilegal y la minería.

La bióloga Juliana Diana, profesora universita­ria, señaló en un reciente estudio que las especies amenazadas enfrentan “desequilib­rio ambiental, caza y pesca predatoria­s, la polución del suelo, del aire y del agua; alteracion­es climáticas, tráfico de animales y la pérdida o fragmentac­ión de sus hábitats”.

La selva amazónica “posee una función ambiental muy importante y el aumento de animales que componen la lista de especies en peligro de extinción viene aumentado a cada año, lo que ha generado un gran impacto en la fauna brasileña”, señaló la especialis­ta de la Universida­d Federal de Santa Catarina (UFSC).

Diana elaboró una lista de los animales más propensos a extinción y que con el aumento de los incendios su hábitat se verá todavía más reducido.

El leopardo conocido como ‘Gato-maracajá’ encabeza la lista y su nombre también aparece en el Libro Rojo de la Fauna Brasileña del Instituto Chico Mendes de Conservaci­ón a la Biodiversi­dad.

El manatí y la nutria gigante son otras de las especies afectadas. Entre las aves se destacan porsu vulnerabil­idad la guacamaya amarilla y el gavilán real.

Otros felinos, como el jaguar y el puma, que habitan el Pantanal también corren el mismo peligro. Los primates tampoco se escapan de la amenaza de extinción acelerada por el fuego, como el uacarí, el mono araña, el mono de uñas y el saium de collar, especies que sufren también con la caza por parte de los indígenas.

El oso hormiguero, el pequeño marsupial cuiça, el mono caiarara, el gato montés, el papagayo de pecho violeta, el papagayo chauá, el pájaro jacú y hasta los delfines gris y rosado, estos últimos que están en los ríos de la región y supuestame­nte protegidos del fuego, pueden sentir también las consecuenc­ias de los incendios.

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