Oceanviking
El fiscal de Agrigento acabó el pasado martes con la agonía de los 88 rescatados que quedaban en el Open Arms, pero la crisis migratoria continúa. Otra embarcación, el Ocean Viking, fletado por SOS Mediterranée y Médicos Sin Fronteras lleva sobre su cubierta a 365 personas y navega desde hace 13 días a la espera de un puerto. Y lo hace con una estrategia muy diferente. Mientras la ONG Open Arms se ha
movido mucho en redes sociales y medios de comunicación para denunciar el bloqueo que sufría su nave, señalando a determinados políticos con nombres y apellidos, MSF ha elegido el perfil bajo y el trabajo de presión diplomática en Bruselas, una actividad en la que tiene mucha experiencia. No quieren chocar con el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, sino que se resuelva a un nivel superior, en la Unión Europea, y con unas reglas de juego muy claras y para todos. El objetivo, según fuentes de esta organización, “es encontrar un sistema permanente de desembarco y reubicación” que no permita este bloqueo permanente de puertos, “que lo único que hace es generar dolor e incertidumbre en los rescatados”. Ese acuerdo permanente es algo que MSF lleva buscando desde el año 2015, cuando comenzó las operaciones de rescate en el Mediterráneo ante el final de la misiones de salvamento Mare Nostrum por parte del estado Italiano. Aunque la velocidad de la Unión