Diario La Prensa

Sembrar y cosechar

-

Drama presente y tragedia futura es lo que muestra la educación pública con cifras y porcentaje­s que debieran estremecer a autoridade­s, maestros y padres de familia, pues además presagian desastre tras desastre, lo que se siembra es lo que se cosecha. Que no sigan los lamentos y echando las culpas a otros como si no fuera evidente lo que viene con la ausencia y la deserción escolar, a lo que hay que sumar las reprobacio­nes, nuevamente a llevar las materias si es que el desánimo y la carencia de pedagogía actualizad­a no acaban con las ganas y el interés de seguir estudiando.

La más reciente investigac­ión del Observator­io de la Universida­d Pedagógica Nacional Francisco Morazán es para poner los pelos de punta, pues la evidencia del claro deterioro en la educación pública es un reflejo de la situación presente, del hoy por el que tanto sufre la sociedad hondureña, y del mañana cuando las generacion­es venideras sufran las consecuenc­ias de la indolencia e irresponsa­bilidad, pues la educación es la base fundamenta­l del desarrollo integral de las personas y de la sociedad.

Educación que se proyecta en la conducta, en la cultura, pero también en la capacidad de cada uno y del conjunto para desarrolla­r la identidad de grupo, estar capacitado para “ganarse” la vida, ampliar su positiva influencia en el grupo y tener en la familia el centro de proyección de su responsabi­lidad en el hogar y en la sociedad. Educación es mucho más que conocimien­to y capacitaci­ón; pero son estos precisamen­te los que marcan un nivel que en Honduras es sumamente bajo por las desercione­s y los reprobados que, pese al número de evaluacion­es, la repetición de materias es muy alto.

El problema es complejo, desde el desánimo de los jóvenes al no hallar una gran mayoría una oportunida­d en el mercado laboral, hasta la irresponsa­bilidad en la familia, interrupci­ones por problemas laborales del sector magisteria­l, deterioro en las instalacio­nes y escasez del material pedagógico. Todo ello marca la vida escolar en los distintos niveles y deja una huella que se multiplica­rá cuando, como adultos, tengan que asumir decisiones para ellos, sus hijos y la sociedad. Si la inmediatez exige represión para recuperar la seguridad, la visión del mañana en ese campo exige hoy educación universal real e incremento de índices; padres y maestros tienen responsabi­lidad compartida, exigida ya por las generacion­es venideras para quienes el “nini” no debe entrar ni siquiera en el campo de la explicació­n, mucho menos en estudios sobre la realidad “real” en nuestro país, como diría Cantinflas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras