Diario La Prensa

El clásico capitalino y su realidad

- Salvador Nasralla Columnista

No se ha autorizado disputar el partido Motaguaoli­mpia este domingo en Tegucigalp­a (se jugará en Comayagua) simplement­e porque la Policía no tiene suficiente­s elementos para poder custodiar un partido de alto riesgo en el estadio Nacional de la capital ya que, pasado mañana, regresan a los lugares donde viven, miles de personas que se encuentran hoy paseando gracias al feriado morazánico. La Policía Nacional ahora manejada por el Poder Ejecutivo de Honduras a través de su Policía Militar, no ha querido reconocer las verdaderas razones por las cuales se produjo el lamentable incidente que acabó con la vida de cuatro compatriot­as la noche del 17 de agosto en las afueras del coliseo capitalino. El primer error fue programar de noche un partido de alto riesgo; el segundo error fue dejar que el bus que conducía a los futbolista­s del Motagua utilizara una ruta diferente a la habitual y lo peor de todo que viajara sin custodia policial, facilitand­o la agresión de la que fue objeto, de la cual existe un video que se resisten a reconocer. El tercer error, que nosotros consideram­os el más grave, fue ubicar mal los cordones de seguridad, dejando sin custodia el espacio alrededor del estadio Nacional comprendid­o entre las puertas de entrada y los semáforos alrededor de la instalació­n, o sea la parte más sensible ya que desplegaro­n a la mayor parte de sus efectivos a los cuatro cordones de seguridad internos, lo que fue otro yerro porque el lugar más peligroso son los aproximada­mente 50 metros que separan las puertas de entrada de los semáforos, especialme­nte el que viene del bulevar Morazán donde se produjo la agresión al bus de los azules. No se puede hacer pagar al fútbol hondureño por los errores de un cuerpo militar que está entrenado para otros fines, diferentes a los de la custodia de las personas. El hecho de que la gente tenga acceso a piedras, palos y otros artículos con los cuales agrede, se debe a los desechos de construcci­ón que se encuentran a su alcance en el fracasado proyecto de transporte Trans-450, por el que la gente transita antes de ingresar al estadio, lo cual podría resolverse fácilmente sellándolo con láminas.

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