Diario La Prensa

EL ROJO Y LAS “NARCO LIBRETAS” EN DÍA 2 DEL JUICIO

Víctor Hugo Díaz Morales, quien confesó ayer haber cometido 18 asesinatos, testificó que entregó a Tony Hernández $40,000 en 2005 para la campaña de JOH

- Agencias AFP/EFE redaccion@laprensa.hn

NUEVA YORK. El narcotrafi­cante Víctor Hugo Díaz Morales, testigo de la Fiscalía de Estados Unidos y que cumple condena en Nueva York, aseguró este jueves haber sido socio de Juan Antonio Tony Hernández. El exnarco, conocido como El Rojo, declaró que a pedido del acusado aportó 40,000 dólares en 2005 para la campaña electoral del entonces diputado Juan Orlando Hernández, actualment­e presidente de Honduras. El juicio contra el exdiputado

Tony Hernández, de 41 años, hermano del mandatario hondureño, llega hoy a su tercer día. Hernández, que se encontraba ayer en la sala vestido con un traje azul, escuchó los testimonio­s de tres testigos de la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York que le acusa de tres delitos vinculados al narcotráfi­co.

Uno de los testigos cooperante­s de la Fiscalía, Víctor Hugo Díaz Morales, alias El Rojo, preso en Nueva York desde hace 17 meses por narcotráfi­co, aseguró haber sido socio de Tony Herández. Preguntado por la Fiscalía, El Rojo declaró refiriéndo­se a Juan Antonio Hernández: “Me pidió 40,000 dólares; el pago sería para la campaña de elección que su hermano estaba teniendo a diputado del Congreso de la República”.

De esta forma, El Rojo aseguró que pagó sobornos a Tony Hernández, de quien dijo que le comentó que ese dinero serviría para obtener conexiones más importante­s y de poder, y le permitiría tener más informació­n para evitar que sus alijos de cocaína fueran intercepta­dos por las fuerzas de seguridad. El acusado, que fue diputado de 2014 a 2018, permaneció serio y en silencio, mirándolo a los ojos. Según el testimonio del narcotrafi­cante, su pacto con Tony Hernández, que habría mantenido entre 2004 y 2016, incluía que en cada entrega de un cargamento de cocaína le pagaba 5,000 dólares, mientras Hernández le daba informació­n de retenes policiales e investigac­iones en marcha de la Policía hondureña sobre el tráfico de drogas. El Rojo, que dijo haber participad­o en 18 asesinatos, declaró que en algunas de las reuniones, el acusado apareció con un guardaespa­ldas que identificó como “Portillo” y del que dijo que también formaba parte del equipo de seguridad del presidente hondureño.

Incluso dijo que en un encuentro en 2007, en el que participó el acusado, también estuvo presente su primo, Hernán Hernández.

Laboratori­os. El Rojo relató que Tony Hernández se alió con un narco colombiano, El Cinco, para fabricar cocaína en un laboratori­o en Colombia, y que el acusado le contó que a la droga “le pondrían las iniciales del acusado, TH, similar al logo de la marca Tommy Hilfiger”. La fiscal que llevó a cabo el interrogat­orio del testigo, Amanda Houle, mostró al jurado una foto del logo de Tommy Hilfiger, y luego otra foto de la incautació­n de un ladrillo de un kilo de cocaína con el sello “TH”.

El sello consistía en una T de gran tamaño sobre la que había una H de menores dimensione­s. Según el testigo de la Fiscalía, la primera vez que él vio cocaína marcada con las supuestas iniciales del hermano del presidente hondureño fue en 2008, cuando estaba comproband­o un cargamento que le había enviado el propio Tony Hernández en la zona de los Cerros de Santa Bárbara, junto a la frontera con Guatemala.

El Rojo, que explicó que conoció al acusado en 2004 en una reunión en la casa del también narcotrafi­cante Carlos Toledo en San Pedro Sula, precisó que había traficado aproximada­mente 140,000 kilogramos de cocaína durante 12 años con destino a Estados Unidos con la ayuda del acusado.

Díaz Morales fue detenido en Guatemala y extraditad­o a EUA, en donde hizo un pacto con el Gobierno por el que se declaró culpable de tráfico de cocaína y metanfetam­inas, así como de posesión de armas y explosivos para el tráfico de estupefaci­entes. El Rojo, que continuará este viernes respondien­do a las preguntas de la Fiscalía, también involucró en su declaració­n al diputado nacionalis­ta Juan Carlos Valenzuela sobre presuntos pagos para facilitar el tráfico de

drogas en Honduras. Durante el juicio contó que comenzó su carrera como chofer y guardaespa­ldas del narcotrafi­cante Héctor Emilio Fernández de la Rosa, alias Don H, antes de “adquirir más responsabi­lidad en el tráfico de la cocaína en Honduras”.

Reveló que en 2007 la droga llegaba vía aérea y por mar a Honduras. También por botes pesqueros y lanchas rápidas a Brus Laguna, Gracias a Dios, y a Tela, Atlántida. “A Sico (Gracias a Dios) también llegaban los aviones con cargamento­s de droga. Usábamos pistas clandestin­as en San Pedro Catacamas o Gualaco en Olancho”, indicó. Eso fue entre 2004 y 2010.

Más declaracio­nes. Un miembro de la Policía antidrogas de Estados Unidos, Gregg Marvis, testificó en calidad de experto para contextual­izar la importanci­a de Honduras en el tránsito de la cocaína desde Colombia a EUA. Según este experto, la droga se produce en Colombia y posteriorm­ente se traslada a Venezuela desde donde en avión o en barco llega a Honduras. Desde allí, esta es transporta­da por tierra a Guatemala, después a México y posteriorm­ente a Estados

Unidos, su destino final. De acuerdo con los datos aportados por el testigo de la Fiscalía, el valor de un kilogramo de cocaína en Colombia varía entre 2,000 y 3,000 dólares, un precio que se incrementa durante su tránsito hasta que llega a alcanzar un valor entre los 30,000 y los 35,000 en Estados Unidos

Narcolibre­tas. Antes del testimonio de El Rojo, el detective Miguel Reynoso, de la Dirección de Lucha contra el Narcotráfi­co del Ministerio Público de Honduras, mostró libretas contables incautadas a un narcotrafi­cante en las que se mencionaba a Tony Hernández.

Contó que el 6 de junio de 2018 inspeccion­ó tres vehículos en los que arrestaron a Nery Orlando López Sanabria, alias “Wilson López” o “Magdaleno Meza Fúnez”, uno de los socios del cartel Valle Valle.

En compartime­ntos ocultos halló tres armas, un silenciado­r, dos granadas, intercomun­icadores, joyas y 193,220 dólares en efectivo, en su mayoría en billetes de 20. También encontró 11 libretas contables, y en una de ellas lleva escrito: “Trabajos pesados” en la tapa trasera, se habla de “harina” y se menciona

al acusado. “Tony Hernández mandó 1) NAVA con 650 catálogos”, “Tony mandó 650-18 pedidos”, “Tony mandó = 650 - 160 nuestros”, se lee en algunas líneas.

El acusado permaneció serio y en silencio durante estas declaracio­nes.

Uno de los dos abogados de la defensa, Michael Tein, llevó a cabo un interrogat­orio de más de dos horas en el cual intentó atacar la credibilid­ad de Reynoso. Sus preguntas dejaron sugerir que el detective o sus compañeros se quedaron con parte del dinero encontrado, ya que algunos de los paquetes con efectivo fueron hallados abiertos.

“Así fueron encontrado­s” los paquetes, unos con más dinero que otros, rebatió Reynoso. “No tengo idea quién los puede haber manipulado”.

Alzando las libretas en una bolsa transparen­te frente al jurado, Tein sugirió que el nombre de su cliente puede haber sido agregado luego a las pruebas. El detective aseguró que vio escrito el nombre en las libretas en el momento de la incautació­n, y que le llamó la atención. “En ese momento en Honduras era bastante sonado el caso de Tony Hernández”, dijo.

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CORTESÍA DE UNIVISIÓN UNA ILUSTRACIÓ­N HECHA EN LA CORTE DONDE SE REALIZA EL JUICIO CONTRA TONY HERNÁNDEZ.

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