Una enseñanza sobre el amor entre hermanos

Cuenta una vieja leyenda que dos hermanos cultivaron juntos un trigal y obtuvieron una buena cosecha, la cual se repartieron por partes iguales. Tras hacer la distribución los hermanos se fueron a dormir, pero a medianoche el menor se despertó pensando que la separación del trigo no había sido justa. “Mi hermano mayor tiene hijos y esposa que mantener, mientras que yo soy soltero y por lo tanto no necesito tanto trigo”, pensó. Entonces se fue al granero, tomó una porción de su trigo y la depositó en el de su hermano. Luego volvió a la cama.

En ese momento al mayor también lo asaltó un pensamiento que le quitó el sueño. “Creo que fui injusto con mi hermano menor porque él es solo y no tiene quien le ayude a trabajar, por lo tanto merece más trigo que yo”, reflexionó. Dicho esto se fue al granero, tomó una porción de su trigo y la depositó en el de su hermano. Enseguida volvió a la cama. Por la mañana los hermanos se encontraron en el granero y al observar los dos bultos de trigo iguales se miraron sin hablar, pero imaginaron lo que había pasado. Tomaron entonces las palas e hicieron un solo bulto con las dos partes de trigo. Luego se fueron a dormir con el sueño más tranquilo de sus vidas. El mensaje es que el amor a un hermano debe estar sobre cualquier interés mezquino. Puede hacer reflexionar a personas que se pelean entre sí por una herencia que nada les ha costado.