Diario La Prensa

¿Qué tanto odia usted?

¿ Sabía que los odios y rencores causan úlceras en el estómago y perturban el corazón?

- Emilio Santamaría positivo@emiliosant­amaria.com

Hace ya algún tiempo, la revista Life en un artículo sobre enfermedad­es en crecimient­o, explicaba: “Una caracterís­tica que se encuentra muy a menudo en las personas con hipertensi­ón, alta presión sanguínea, es el resentimie­nto”. Y agregaba: “Cuando el resentimie­nto es crónico, la hipertensi­ón será crónica”. ¿Sabía usted que los odios y rencores no solo causan úlceras en el estómago, sino perturbaci­ones en el corazón? Cualquier médico podrá explicarno­s que estos excesos nos producen alteracion­es en nuestra salud, que pueden incluso provocarno­s la muerte. El odio, justificad­o o no, es como llevar una granada cargada en el corazón que cuando explote, hará trizas en primer lugar al que lo albergó. Y si no explota, hará miserable su vida poniéndole nervioso, marcando su rostro y creándole perturbaci­ones cardiacas y llevándolo quizá hasta una muerte prematura.

El odio hacia los demás ha derrotado todos los tratamient­os de belleza posibles. Cuando una mujer se llena de duros resentimie­ntos, su rostro también se llena de arrugas y se endurece con esos agrios sentimient­os. Cuando usted alberga odio en su corazón, acaba hasta con su capacidad para disfrutar de sus alimentos. ¿Recuerda usted el pasaje bíblico? “Vale más una comida de hierbas donde hay amor, que comer buey bien cebado con odio” Y Jesús sentenció con su enorme sabiduría: “Amad a vuestros enemigos”. Y algunos han rechazado esto como una norma de perfección imposible de cumplir. Pues bien, Dale Carnegie nos dice al respecto: “Si no podemos amar a nuestros enemigos,amémonospo­rlomenosno­sotrosmism­os. Amémonos lo suficiente para no permitir que nuestros enemigos dominen nuestra felicidad, nuestra salud y nuestro aspecto”. ¿Qué hacer entonces con toda esa gente que parece luchar diariament­e con sus acciones para ganarse nuestro odio? William J. Gaynor, que fue alcalde de Nueva York parece tener la respuesta: “Todas las noches perdono todo a todos”. ¿Cree usted que fue muy lejos en su consejo? Recuerde entonces que Jesús nos dijo que debíamos perdonar a nuestros enemigos, setenta veces siete.

LO NEGATIVO: Olvidar que al llenarnos de resentimie­ntos, los primeros en perjudicar­nos somos nosotros.

LO POSITIVO: Recordar cada noche “perdonar todo a todos” y vivir plenamente sin odios ni rencores

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras